El rey, firma un codicilo, en forma de decreto, que deroga la pragmática restableciendo la Ley Sálica.


FERNANDO VII sufre, en la fecha, un ataque de gota que pone en peligro su vida. Desde el mes de julio la corte se encuentra en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso. Ante las malas noticias de los médicos los partidarios del infante don CARLOS MARÍA ISIDRO de Borbón, hermano de FERNANDO VII, dan claras muestras de su alborozo y presionan sobre el rey presentándole el grave peligro que corren la reina y sus hijas si no deroga la pragmática sanción. El rey, firma un codicilo, en forma de decreto, que deroga la pragmática restableciendo la Ley Sálica, satisfaciendo así los intereses de su hermano CARLOS. Parece ser que el rey al restablecer la Ley Sálica ha sido muy influenciado por su ministro de Gracia y Justicia Francisco Tadeo de Carlomarde. Carlota, la hermana de la reina Cristina, se irrita sobremanera y propina a Tadeo un sonoro bofetón. La historia afirma que el ministro pronunció aquella conocida frase :”¡Manos blancas no ofenden!. (Sucesos de la Granja)