CHINDASVINTO tiene un gran apoyo eclesiástico, especialmente de parte del poderoso sucesor de Isidoro de Sevilla, BRAULIO de Zaragoza. Debido a la avanzada edad del monarca, BRAULIO, junto con un importante laico, CELSO, y el obispo de Valencia, EUTROPIO, recomiendan la asociación al trono de RECESVINTO, hijo de CHINDASVINTO; después de todo sigue aflorando la monarquía hereditaria, ahora con la configuración de auténticos clanes familiares. Así, CHINDASVINTO asocia al poder a su hijo RECESVINTO.

RECESVINTO (653-672) sucede en solitario a su padre Chindasvinto como rey de los visigodos. Asociado al trono en los últimos cuatro años del reinado de su padre, la sucesión se produce pacíficamente. RECESVINTO contiúa con la política de fortalecimiento monárquico iniciada por su padre, Chindasvinto. En los primeros momentos del reinado hace frente a una rebelión encabezada por un noble llamado Froya, apoyado por los vascones. Los rebeldes realizan una expedición devastadora por el valle del Ebro y ponen sitio a Zaragoza, consiguiendo un cuantioso botín. La llegada de RECESVINTO a la capital aragonesa significa la derrota de los rebeldes y la ejecución de Froya. Consciente del aviso lanzado por Froya, el monarca estrecha sus relaciones con la nobleza y la Iglesia para evitar nuevas revueltas, restituyendo confiscaciones anteriores y haciendo sustanciosas donaciones a ambos estamentos, separando claramente los bienes personales y los que formaban parte del patrimonio regio.

A los reyes visigodos en Hispania se les ha impuesto a partir de un determinado momento el juramento de no dar apoyo a los judíos. RECESVINTO, da leyes terribles contra los judaizantes, mandando que se les apedree, queme o decapite.

En el VIII Concilio toledano, el rey RECESVINTO solicita que se reduzcan las penas -incluida la pena de muerte- impuestas a los traidores, suprimiéndose el juramento efectuado por los nobles y Obispos en tiempos de Chindasvinto de infligir tales penas. Los Obispos consideran que los términos de la ley no autorizan al rey a tener piedad de los rebeldes, aunque algunos de ellos aconsejan la mayor misericordia. El debate es tenso. En efecto, el juramento efectuado el 643 prohibe a los obispos perdonar a los traidores. Pero ahora el mismo rey pide su perdón. Finalmente se llega a un acuerdo de consenso: el juramento queda suprimido en cuanto a la pena de muerte o mutilaciones físicas pero sigue siendo valido para el resto de la Ley. El Concilio aborda también redactar un Código legal y que sólo los bienes que Chindasvinto posea anteriores a su acceso al trono deben conservarse como propiedad de su hijo Recesvinto o de sus hermanos, con facultad de libre disposición.

El gobierno de RECESVINTO, se caracteriza por el intento de suavizar las relaciones con la nobleza, decreta una serie de indultos y amnistías y rectifica la política represiva de su padre. RECESVINTO realiza algo políticamente fundamental: la renovación del sistema legislativo que culmina en la promulgación del “Lex Visigothorum” o “Liber Iudiciorum” (Libro de los Juicios), base del derecho hispano medieval. Se trata de una compilación de los códigos de Eurico y de Lovigildo y será el único cuerpo legal utilizado por jueces y tribunales, aplicable a toda la población del reino, o sea, que hace iguales ante la ley a godos e hispanorromanos. Se aplicará durante toda la alta Edad Media.

En Hispania, ILDEFONSO es nombrado arzobispo de Toledo.

En Hispania, JULIÁN es nombrado arzobispo de Toledo.

Fallecimiento de RECESVINTO en Gérticos (Salamanca).