La Guerra de África termina con el Tratado de paz de Wad-Ras.


La Guerra de África termina con el Tratado de paz de Wad-Ras entre el sultán Muley el Abbas y el general O’DONNELL. El sultán cede a España Ifni en reconocimiento del fortín, Santa Cruz de Mar Pequeña, citado en el testamento de Isabel la Católica; cede también Tetuán como aval de las reparaciones de guerra (dos años más tarde se cambiará la ciudad por la intervención de las aduanas marroquíes); se pacta, asimismo, la ampliación de los perímetros de Ceuta y Melilla, y diversas ventajas comerciales. El orgullo colonial español muy deteriorado después de la emancipación americana, se recupera y empieza el sueño de un imperio colonial en el Magreb. Figura también en este tratado la ratificación de los convenios preexistentes sobre los peñones de Vélez de la Gomera y de Alhucemas, así como el pago de una indemnización de guerra de cien millones de pesetas, que nunca se hará efectiva. En este tratado no se hace mención expresa del islote de Perejil (Leila). En la península el tratado se recibe con desilusión. Con los cañones arrebatados se funden los leones que pasan a ‘guardar’ las puertas del edificio de las Cortes (Congreso de los Diputados) en Madrid.