Tratado de Tudela entre Sancho VII de Navarra y Jaime I de Aragón.


El rey de Navarra SANCHO VII, retirado en Tudela viejo y sin hijos, concibe, como medio de prever el expansionismo de FERNANDO III, rey de Castilla y León, su proyecto de incorporación del reino navarro al conjunto de estados de la Corona de Aragón. Por eso, coincidiendo en sus deseos, se reúnen en Tudela, en la fecha, SANCHO VII de Navarra y JAIME I de Aragón y acuerdan su muto prohijamiento (adopción) y la designación recíproca como herederos de sus reinos. Se conoce como el Tratado de Tudela y la firma del mismo representa prácticamente la entrega de Navarra en herencia a JAIME I. La diferencia de edad entre ambos monarcas, SANCHO tiene 78 años y no tiene ningún descendiente directo y JAIME I 24, así lo evidencia. SANCHO VII quiere que el rey aragonés le ayude a defenderse contra una inminente invasión castellana. Finalmente, sin embargo, este pacto no se llegará a concretar nunca, a causa de la firme oposición de Castilla, de Francia, de la Santa Sede y de una buena parte de los mismos navarros.