En Bulgaria, que carece de familias dinásticas, una asamblea constituyente ha elegido a un príncipe extranjero como soberano. El 26 de junio de 1879, presta juramento el príncipe germano Alejandro Battenberg como primer soberano del Tercer Estado búlgaro con el nombre de ALEJANDRO I (1879-1886). Este rey es sobrino de Alejandro II de Rusia y, por tanto, primo hermano de Alejandro III. Bulgaria acaba de ser liberada de cinco siglos de dominación turca como resultado de una guerra entre los imperios Ruso y Turco (1877/1878). La Asamblea Constituyente de Bulgaria, convocada en Veliko Tarnovo, la capital medieval de Bulgaria, aprueba la Constitución del Estado recién liberado. El gobierno del príncipe Battenberg será breve pero dramático.

En 1881, bajo la influencia del nuevo emperador ruso ALEJANDRO III, el soberano búlgaro ALEJANDRO I da un golpe palaciego, suspende la Constitución de Tarnovo e introduce el llamado «régimen de las prerrogativas», y el país empieza a ser gobernado de hecho por generales rusos. Rusia da por supuesto que ALEJANDRO I será una dócil marioneta. Pero ALEJANDRO I de Bulgaria no va a coordinar su política con la de ALEJANDRO III de Rusia, y se suscitará entre ellos una enemistad sorprendentemente intensa.

En la fecha, viendo las consecuencias negativas del gobierno y cediendo ante el creciente descontento popular, ALEJANDRO I, soberano de Bulgaria, restablece la vigencia de la Constitución y la vida política normal.

El 18 de septiembre de 1885, Rumelia oriental se alza en rebelión contra el Imperio otomano, y solicita la unión con Bulgaria. El incontrolado entusiasmo de las masas búlgaras fuerza al príncipe ALEJANDRO I a apoyar a los rebeldes, venciendo sus propias reservas. Rusia, que ha propugnado una “Bulgaria más extensa” siete años antes, ahora, en virtud del profundo disgusto que le inspira ALEJANDRO I, se opone a ella y ordena la retirada de sus oficiales alistados en el ejército búlgaro. En cambio, Gran Bretaña, que se ha manifestado contraria a una Bulgaria mayor cuando temía que se convirtiera en una marioneta de Rusia, ahora también cambia de postura, y favorece la unión de Bulgaria y Rumelia oriental, una vez sentada la enemistad con Rusia.

El rey MILAN I de Serbia aprovecha esta circunstancia para llevar a cabo sus aspiraciones territoriales y el 14 de noviembre de 1885 Serbia declara la guerra a Bulgaria. Serbia es derrotada en una campaña que dura menos de cinco meses, pero se salva de una aniquilación total gracias a la intervención de Austria-Hungría. A este episodio bélico le siguen varias intrigas. Conspiradores rusos y búlgaros secuestran al soberano de Bulgaria ALEJANDRO I, pero es rescatado pocos días después.

El 9 de agosto de 1886 el soberano de Bulgaria ALEJANDRO I es destronado por oficiales búlgaros vinculados con Petersburgo. En septiembre abandonará el país.