El mismo año en que muere Fernando VII, María Cristina, su mujer, se casa con su amante.


El mismo año en que muere Fernando VII, María Cristina, su mujer, se casa con su amante Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, sargento de su guardia de corps, con el que tendrá hasta ocho hijos. La relación no es vista positivamente por el pueblo español y bautizan pícaramente al sargento como Fernando VIII. Es en ese ambiente bélico en el que aparece la canción popular que cita las famosas frases de: María Cristina me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente, porque no quiero que diga la gente que María Cristina me quiere gobernar. De hecho, desde la muerte de Fernando VII, el conflicto carlista –la pretensión al trono del hermano del rey esgrimiendo la legitimidad de la ley sálica, que excluía a las mujeres del trono, y la guerra civil consecuente – fue un episodio constante de hostigamiento al recién inaugurado régimen liberal y, por tanto, un elemento añadido a la confusa situación política.