SULAIMAN ben Hud de Zaragoza quiere sacar partido de la poca edad de los condes “francos” RAMON BERENGUER I y ERMENGOL III de Urgell y, por ello, ataca el condado de este último. Fiel a los tratados de alianza que tradicionalmente ligan Barcelona y Urgell, RAMON BERENGUER I acude en ayuda de su primo ERMENGOL, siendo coronado por el éxito. SULAIMAN es obligado a pagar parias a Barcelona.

Algunos nobles, principalmente “castellans-veguers”, despreciando la autoridad de los condes -y a veces en abierta rebelión contra ellos- se autoatribuyen los poderes de “manar i castigar” y emprenden una política de coacción y de violencia hacia los payeses de sus demarcaciones a fin de apoderarse de sus tierras e imponerles gravosos impuestos. MIR GERIBERT, que gobierna de hecho la marca de Olèrdola en nombre de SANCHO, hermano del conde de Barcelona, quiere traducir en una situación jurídica una situación de hecho y se autotitula, en la fecha, príncipe de Olérdola, haciendo actos de plena soberanía en la región. Estos hechos le enemistan con el conde RAMON BERENGUER I de Barcelona contra quien luchará en diversas ocasiones.

En 1049, SANCHO, hermano de RAMON BERENGUER I el Vell, renuncia a la marca de Olèrdola, en favor de su hermano RAMON. MIR GERIBERT y sus hijos, se revuelven de nuevo contra RAMON BERENGUER.

La condesa ELISABET, esposa de RAMON BERENGUER I el vell, fallece el 29/6/1050 dejando al conde un hijo, PERE RAMON, único varón superviviente de los tres nacidos de este matrimonio.

RAMON BERENGUER I el Vell con la eficaz colaboración de otros condes de la Marca, así como la de los condes de Carcasona, Tolosa, Foix, Narbona y Comenges, logra ensanchar los dominios hacia el Segre, Ribagorza y campo de Tarragona. Esto produce algunos motivos de fricción con los condes de Cerdanya y una relativa inestabilidad social en los condados que dependen del conde de Barcelona debido a enfrentamientos entre algunos de sus nobles y, por otra parte, a determinados actos realizados por éstos sin tener en cuenta la política trazada por dicho conde.

No se sabe por qué motivos RAMON BERENGUER I el Vell repudia a su mujer BLANCA al cabo de pocos meses de haberse casado con ella. El hecho es de que en 1052 se casa de nuevo con ALMODIS de la Marca, hija de los condes Bernat y Amélia de la Marca (en el Llemosí). ALMODIS era una mujer de gran personalidad y RAMON BERENGUER debía haber visto en ella algo de extraordinario porque ALMODIS había sido repudiada en almenos dos matrimonios anteriores. Por esto se ha dicho que ALMODIS iba de un lado para otro como “una reina d’escacs”. Este casamiento hará rebrotar la enemistad de ERMESSENDA.

Nacen del matrimonio RAMON BERENGUER I el Vell y ALMODIS, dos mellizos: RAMON BERENGUER y BERENGUER RAMON

En 1054, GUILLEM, hermano de RAMON BERENGUER I el Vell, renuncia al condado de Osona, que le había correspondido según el testamento de 1032, a favor de su hermano RAMON y a cambio de una pensión vitalicia. No queda claro históricamente hasta que punto estas renuncias -la de 1049 y ésta de 1054- fueron totalmente voluntarias, pero lo cierto es que las mismas permiten a RAMON BERENGUER I ostentar su poder sobre los tres condados tradicionales de Barcelona, Girona y Osona. La casa condal de Barcelona, heredada por RAMON BERENGUER I el Vell, está entera de nuevo y reafirmará su prestigio reemprendiendo la expansión territorial y la repoblación, dominando a los reinos de taifa de sus fronteras y llevando a cabo una amplia labor legislativa.

ERMESSENDA obtiene del papa VÍCTOR II la excomunión de sus nietos. Por otra parte, RAMÓN BERENGUER I el Vell y su esposa ALMODIS, serán por diversos motivos, cuatro veces excomulgados por la Iglesia Católica a lo largo de su gobierno. ERMESSENDA, tuvo mucho que ver en casi todas, lo que demuestra la gran influencia que tenía en Roma la anciana dama. En estas fechas, a pesar de sus éxitos contra los sarracenos, el desprestigio de la autoridad de Barcelona parece haber llegado a una situación verdaderamente angustiosa.

ERMESSENDA, que debe rondar los setenta años, vende a RAMON BERENGUER I y a ALMODIS, por mil onzas de oro, sus derechos sobre los condados de Barcelona, Girona y Osona-Manresa, recibidos de su marido, reconociendo que es más conveniente que los tenga su nieto en vez de ella. Les vende también diversos castillos y sus derechos en el condado de Urgell. Rinde homenaje a los condes y se compromete a obtener de la Santa Sede la anulación de las cuatro excomuniones que penden todavía sobre ellos, cosa que demuestra de nuevo la gran influencia de ERMESSENDA.