ISABEL I la Católica (Reina Corona de Castilla) (1474-1504)

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Nace en el palacio de su padre JUAN II, rey de Castilla y León, ISABEL (ISABEL la Católica).


Nace en la fecha, jueves santo, en la villa abulense de Madrigal de las Altas Torres, en el palacio de su padre JUAN II, rey de Castilla y León, hoy monasterio de Nuestra Señora de Gracia, ISABEL, la que más tarde será ISABEL la Católica. Su madre es ISABEL de Portugal, segunda esposa de JUAN II. ISABEL recibe su primera instrucción en casa de su madre, en Arévalo, donde viven muchas damas portuguesas. No estando en principio destinada a ser reina, los conflictos y el descontento de la nobleza con su hermano Enrique IV de Castilla acabarán haciéndola ceñir la corona.

Isabel se ve relegada al tercer lugar en la línea sucesoria por el nacimiento de Alfonso, preferido por varón.


Nace en Tordesillas, ALFONSO de Ávila, hermano de ISABEL de Castilla. Hasta los dos años de edad, ISABEL de Castilla, hija del segundo matrimonio del rey castellano, ocupa el primer lugar en la línea sucesoria, después de su hermanastro ENRIQUE. Pero en la fecha se ve relegada por el nacimiento de ALFONSO, preferido por varón.

Muerto JUAN II de Castilla y León, le sucede, en el trono, su primogénito ENRIQUE IV el Impotente.


Muerto JUAN II de Castilla y León, le sucede, en el trono, su primogénito ENRIQUE IV el Impotente, (1454-1474). Castilla ignora la ley sálica y la corona se transmite por la vía de la primogenitura, pasando los varones, no obstante, delante de las mujeres. JUAN II, rey de Castilla se ha casado dos veces: de una primera unión con María de Aragón ha nacido un hijo, el futuro ENRIQUE IV el Impotente; de un segundo matrimonio, con ISABEL de Portugal, ha tenido una hija, la futura ISABEL la Católica, nacida en 1451, y un hijo, el infante ALFONSO de Ávila, nacido en 1453. En su testamento, JUAN II fija así el orden de sucesión al trono, totalmente conforme al derecho constitucional castellano: a) ENRIQUE y sus hijos; b) en su defecto, ALFONSO y sus hijos; c) en su defecto, ISABEL.

Castilla efectúa campañas contra el reino de Granada y su finalidad es un hostigamiento continuado.


La política exterior de Castilla pasa por la amistad con Francia y el Papa, y la guerra con Granada. En efecto, entre 1455 y 1457 se efectúan campañas contra el reino de Granada y su finalidad es un hostigamiento continuado. dirigido sobre todo a deteriorar la economía granadina. Sin embargo, tales campañas dan lugar a un enfrentamiento de la nobleza con ENRIQUE IV, al que se acusa de cobardía, pero que, según apuntan diversos historiadores, tendría posiblemente su base en la excesiva iniciativa mostrada por el monarca, cosa que la aristocracia no podía consentir si quería acaparar todo el poder.

Carlos de Viana se promete a Isabel, hermanastra de Enrique IV de Castilla. Juan II vuelve a detenerlo en Lleida.


CARLOS de Viana -hermanastro de FERNANDO (el Católico)- ha mantenido conversaciones secretas con ENRIQUE IV de Castilla, prometiéndose a la hermanastra de éste, ISABEL, lo que constituye un desafío al apoyo que JUAN II de Aragón, padre de CARLOS, presta a los rebeldes castellanos. Enterado el monarca aragonés, manda detener de nuevo, en la fecha, cuando comienzan las Cortes Catalanas de Lleida, a su hijo CARLOS, acusado de alta traición.

Tanto problema impulsa a CARLOS a volverse hacia Francia en busca de ayuda. Cambia a Isabel por Magdalena


Pero el cambio de actitud de ENRIQUE IV respecto a Navarra y la negativa de los catalanes de embarcarse en cualquier aventura que fuera más allá de su reconocimiento como heredero, impulsan a CARLOS a volverse hacia Francia en busca de ayuda. Por ello suspende las negociaciones para su boda con la infanta Isabel -la hermana de ENRIQUE IV que será luego Isabel I- y solicita la mano de Magdalena de Francia.

ISABEL pasa a la Corte de su hermanastro, el rey Enrique IV. Es instalada en casa de la reina Juana.


En 1462 ISABEL de Castilla pasa a la Corte de su medio-hermano, el rey ENRIQUE IV, es instalada en casa de la reina JUANA, en la q?ue lo portugues está también presente. Esto explica que ISABEL se expresara tanto en castellano como en portugués. Y también su deseo de mantener estrechas relaciones con Portugal, ya superada la guerra de sucesión, y su afición a la cultura de su familia materna.

Nace y es jurada como heredera Juana, hija primogénita de Enrique IV y de Juana de Portugal.


En la fecha, nace y es jurada como heredera JUANA, hija primogénita de ENRIQUE IV y de su segunda esposa JUANA de Portugal. Este nacimiento desplaza aún más, como heredera, a ISABEL de Castilla. Algunos dicen que ENRIQUE IV es impotente, pero parece que sólo lo ha sido en su relación con BLANCA -su primera esposa- y por causa de hechizo según se cree. De hecho ENRIQUE IV fue un rey mujeriego.

Una parte de la nobleza castellana se reserva el seguir considerando como heredero a ALFONSO.


En un acta secreta, una parte de la nobleza castellana encabezada por el marques de Villena se reserva el seguir considerando como heredero a ALFONSO, hermanastro de ENRIQUE IV y príncipe de Asturias, por la presunta ilegitimidad de JUANA, hija de ENRIQUE IV, conocida posteriormente como JUANA la Beltraneja, cuyos derechos sucesorios niegan. Parece que los propios nobles que proclaman la ilegitimidad de JUANA no esgrimen enseguida el argumento de su bastardía; se limitan a poner en duda sus derechos a la corona; más tarde tan sólo, deseando reforzar su posición, emplearán este argumento.

Se dispone una nueva boda entre el portugués Alfonso V el Africano y la infanta Isabel de Castilla.


En abril de 1464 ENRIQUE IV y ALFONSO V el Africano, de Portugal, refuerzan su alianza, que deberán asentar aún más con el matrimonio de este último y la infanta ISABEL. El apoyo portugués, que los Mendoza ven como un contrapeso al que JUAN II de Aragón puede prestar a los nobles, tiene como consecuencia la conjura de éstos por hacerse con las personas de los infantes ALFONSO e ISABEL de Castilla, alegando que desean defenderlos frente a JUANA, cuyos derechos sucesorios niegan, aunque no esgrimen aún el argumento de su bastardía, como harán más adelante. Tal como se esperaba, JUAN II de Navarra se adhiere a la postura del almirante Enríquez, su suegro, en defensa de los derechos de ALFONSO.