JOHN WYCLIFFE (Hereje del siglo XV)

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En una de las sesiones del Concilio de Constanza se condena una proposición que defiende el tiranicidio.


En otra de las sesiones del Concilio de Constanza, en la que se celebra el 6 de julio, se condena una proposición que defiende el tiranicidio. Junto con esta teoría, propugnada especialmente por Juan Petit, el Concilio condena los errores de John WYCLEFF, sacerdote y profesor en la Universidad inglesa de Oxford, de John HUSS y JERÓNIMO de Praga. La doctrina de WYCLEFF es una especie de avanzadilla del protestantismo, pero más radical todavía. Pretende acabar con todo lo que la Iglesia ha hecho a lo largo de catorce siglos y volver a los «primeros tiempos»… Hay que abolir el Papado, la jerarquia episcopal, el sacerdocio, la confesión y la Misa. Los cristianos deben vivir en la pobreza. La única fuente de conocimiento es la Sagrada Escritura y, para salvarse, basta con leerla y meditarla. El Concilio de Constanza declara a John Wycleff culpable de herejía y ordena la quema de sus libros, así como la exhumación de su cuerpo (ha fallecido en 1384) y la quema de sus huesos, cuyas cenizas serán tiradas al río Swift a su paso por Lutterworth.

John HUSS, que predica lo mismo que John Wycleff por Bohemia, también acabará quemado en la hoguera.


John HUSS, que predica más o menos lo mismo que John WYCLEFF por Bohemia, también es condenado en el Concilio de Constanza, pero se niega a retractarse y, entregado al brazo secular, será quemado en la hoguera. La herejía no termina con eso y aunque en el concilio de Constanza, se decreta que todos aquellos que tomen a su cargo la defensa de los husitas o consideren a John HUSS como santo, serán tratados como se trata a los herejes relapsos y quemados vivos, para mucha gente, John HUSS empieza a ser un mártir, y los hussitas se convierten en una peligrosa secta. WENCESLAO IV, rey de Bohemia, aunque inicialmente apoyó a John HUSS y a sus seguidores, tras la condena de la Iglesia de sus doctrinas, el rey no hace nada para impedir su ejecución como hereje el 6 de julio de 1415. (A HUSS se le ha dedicado un conjunto escultórico en la Plaza de la Ciudad Vieja (Starom?stské nám?stí) de Praga. Juan Pablo II señaló: «Siento el deber de expresar mi profunda pena por la cruel muerte infligida a Jan Hus y por la consiguiente herida, fuente de conflictos y divisiones, que se abrió de ese modo en la mente y en el corazón del pueblo»).