EUGENIO III (Papa) (1145-1153)

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Papa EUGENIO IIIEugenio III,  Papa de la Iglesia católica de 1145 a 1153. Su verdadero nombre era Bernardo Paganelli di Montemagno.

(Véase relación de todos los papas)

EUGENIO III es elegido para Papa. Es abad del monasterio cisterciense de Roma.


EUGENIO III -papa- (18.2.1145 – 8.7.1153). Tras la violenta muerte de Lucio II, los cardenales eligen para sucederle al abad del monasterio cisterciense de Roma: Bernardo Aganelle de Montemagno. Es antiguo discípulo de Bernardo de Claraval. Ahora bien, como recientemente ha combatido las ideas de ARNALDO de Brescia -que estos momentos es quien impone la ley en Roma-, el nuevo pa cometería una temeridad quedándose en la ciudad. Este discípulo de Bernardo de Claraval, que adopta el nombre de EUGENIO III, no puede ocupar su sede por estar Roma dominada por el Senado y las turbas, que queman iglesias y viviendas de los güelfos.

EUGENIO III es consagrado en Farfa. Luego, se instala en Viterbo por dos años.


EUGENIO III es consagrado en Farfa el 18 de marzo de 1145. Luego, se instala en Viterbo por dos años.

Bula del Papa EUGENIO III por la que convoca una segunda cruzada ante la caída de Edesa.


Las noticias de la caída de Edesa llegan a Europa primero a través de los peregrinos que retornan a comienzos del año 1145 y luego por las embajadas enviadas desde Antioquía, Jerusalén y Armenia. El obispo Hugo de Jabala le transmite las nuevas al Papa EUGENIO III que no tarda en emitir la bula Quantum praedecessores el 1 de diciembre del mismo año, por la que convoca una segunda cruzada. EUGENIO III, que vive en Viterbo, pues no controla Roma, decide a pesar de todo que la cruzada debe de ser más organizada y centralizada que la Primera. Los predicadores deben contar con la aprobación papal, los ejércitos, estar dirigidos por los reyes más poderosos de Europa y la ruta debe decidirse de antemano.

Es canonizado el emperador Enrique II, Su esposa Cunegunda lo será en 1200.


En los siglos X y XI, los dirigentes seculares de Europa no sentían la menor inclinación a renunciar a su derecho a nombrar a los más altos cargos eclesiásticos. Obispos y abades eran grandes terratenientes y podían reclutar en muy poco tiempo las tropas que necesitaran. Su cooperación era esencial para la defensa contra los enemigos exteriores y para mantener la paz dentro de sus dominios. Pero ahora imperaba entre duques, condes y reyes un agudo sentido de la responsabilidad que les competía en conseguir que los obispos y los abades fueran realmente dignos. Y en ninguna parte era esto más cierto que entre los germanos, es decir, en la corte imperial. A principios del siglo XI, el emperador ENRIQUE II nombró obispos y abades de manera autocrática, como cualquier gobernante medieval anterior a él, pero se aseguró lo mejor que pudo de que desempeñaran fielmente sus deberes religiosos y fueran un orgullo para él y para la Iglesia. No es posible, por tanto, un testimonio más elocuente de su servicio a la Iglesia que su canonización en 1146 por el papa EUGENIO III, y la de su esposa Cunegunda en 1200.

EUGENIO III encarga a BERNARDO de Claraval, la predicación de la Segunda cruzada.


Se vuelve a publicar la Bula del papa EUGENIO III anunciando una Segunda cruzada. Por otra parte, el papa encarga a BERNARDO de Claraval, respetado y admirado por todos los príncipes de la Iglesia y de la tierra, la predicación de una nueva cruza. BERNARDO convoca una asamblea de príncipes en Vézelay (1146) y en ella obtiene el entusiasta apoyo del emperador de Alemania CONRADO III, del rey de Francia, LUIS VII, y de otros príncipes cristianos.

El desengaño de la Segunda Cruzada no impide al Papa EUGENIO III promover la reforma de la Iglesia


El desengaño de la Segunda Cruzada no impide al Papa EUGENIO III promover la reforma de la Iglesia mediante diversos sínodos importantes, por ejemplo, el de París de este mismo año, el de Tréveris en 1148 y los de Reims y Cremona. En un intento de someter a los romanos se alía con Roger II de Sicilia, pero es en vano.

RAMÓN BERENGUER IV inicia la correspondiente expedición de conquista de Tortosa que durará hasta el mes de diciembre.


RAMON BERENGUER IV, conde de Barcelona, ha pactado la unión de fuerzas con genoveses, narboneses, hospitalarios y templarios, y fuerzas de Montpellier para tomar el emirato de Tortosa por mar y tierra. Consigue, por otra parte, del papa EUGENIO III una bula, ratificada después por Anastasio IV, concediendo a los combatientes los mismos privilegios dados a los que van a Tierra Santa. Así, pues, en la fecha, RAMON BERENGUER IV inicia la correspondiente expedición de conquista. Los ataques a Tortosa, con los defensores recluidos dentro de las murallas, incitarán a un hábil desarrollo de los ingenios de guerra, como los castillos de madera, los trabucos y las casetas, instrumentos que en las centurias medievales posteriores, se perfeccionarán. El asedio finalizará en diciembre de este mismo año, momento en que los sarracenos se rendirán. Seguirá un movimiento repoblador que durará más de una generación.

EUGENIO III prueba a contemporizar con los romanos.


EUGENIO III prueba a contemporizar con los romanos. Las conversaciones permiten un cierto acuerdo que incluso hace posible su regreso a Roma en 1149, mas tampoco en esta ocasión podrá quedarse allí.