BERNARDO DE CLARAVAL

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BERNARDO (de Claraval) ingresa en la abadía de Cîteaux.


BERNARDO (de Claraval), después de la muerte de su madre, entra en la Orden del Císter a los veintrés años de edad. La Orden del Cister ha sido fundada pocos años antes por el abad ROBERTO de Molesme bajo la regla de san Benito. Sólo tiene un monasterio, el de Citeaux, y por la dureza de la vida que llevan, tiene pocos miembros. Este monasterio se encuentra cercano a su casa paterna, siendo Odón, duque de Borgoña, su benefactor.

Se encarga a BERNARDO fundar Claraval, la abadía desde donde irradiará su espíritu contemplativo.


En el año 1115 la orden del Císter encarga a BERNARDO fundar Claraval, la abadía desde donde irradiará su espíritu contemplativo y su acción apostólica, al mundo y a los siglos. Es designado abad del nuevo monasterio, puesto que desempeñará hasta el final de su vida. El pueblo, los reyes y los papas escucharán su consejo. De cada viaje retornará con decenas de universitarios para los monasterios cistercienses. Sus escritos le harán un célebre doctor de la Iglesia. Como recuerdo de su devoción a la Virgen, la cristiandad añade a la Salve para siempre aquella íntima invocación: “¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!”.

La Orden del Císter redacta sus estatutos siguiendo la Regla de Benito. Son aprobados por el Papa.


La Orden del Císter deberá su mayor florecimiento a BERNARDO de Claraval. La nueva orden redacta sus estatutos en 1119 que son aprobados por el Papa CALIXTO II. Los estatutos, cumplen la Regla de Benito hasta sus últimas consecuencias. Sus monjes, viven del trabajo de sus manos, con gran austeridad, y transforman tierras incultas y despobladas en auténticos vergeles. La nueva Orden monacal tiene un éxito inmenso. En 1150 habrán 742 monasterios cistercienses repartidos por toda Europa. El nombre de Cister, proviene de “Cistercium”, nombre latino de Citeaux (La Borgonya), ciudad en la que nació la orden.

San Bernardo conquista a Francia tras la defensa que en Estampes hace del papa INOCENCIO II.


Tras la defensa que del papa INOCENCIO II ha hecho BERNARDO en el concilio de Estampes, conquista a Francia para la causa de INOCENCIO II y con el apoyo de las tropas imperiales, que también se han puesto de su parte, el pontífice -en la fecha- vuelve a Roma.

El papa INOCENCIO II, aprueba los reglamentos y organización definitiva de la Orden del Temple.


En este año el papa INOCENCIO II, aprueba los reglamentos y organización definitiva de la Orden del Temple. Por otra parte, sigue el cisma en la Iglesia aunque en este año el antipapa VÍCTOR IV, sucesor del también antipapa Anacleto, se somete a INOCENCIO II. Con todo, en Roma no hay paz; el pueblo, incitado por el ejemplo de otras ciudades, sueña con la instauración del régimen republicano. La situación se agrava por obra de ARNALDO de Brescia, canónigo agustino, que sueña con la restauración de la antigua grandeza de Roma y con el retorno de la Iglesia a su primitiva simplicidad. Ánimo inquieto y soñador, ya en Brescia se opone al obispo; luego se ha traslada a Francia, donde se hace discípulo de Abelardo y donde mantiene una fuerte discusión con BERNARDO. ARNALDO va a Roma a la muerte de INOCENCIO II, suscita gran entusiasmo entre el pueblo y constituye un gobierno republicano. Unos años después será ahorcado por FEDERICO Barbarroja.

Pedro ABELARDO, oponente de BERNARDO de Claraval.


BERNARDO de Claraval es un místico, y como teólogo es objeto de oposición por parte de Pedro ABELARDO. Éste es condenado en el Concilio de Sens, de este año, a instancias de BERNARDO de Claraval. ABELARDO acabará su vida en Cluny en 1142, después de haber sido bien acogido por Pedro el Venerable. Sus estudios despertarán el interés por el raciocinio y las cuestiones más delicadas se debatirán públicamente. Los monasterios benedictinos abrirán sus bibliotecas, donde se ha acumulado todo el saber antiguo a lo largo de los siglos oscuros. Gran parte de la vida de ABELARDO es conocida gracias a su autobiografía, “Historia de mis calamidades” un escrito a modo de consolatoria como si lo escribiese a un amigo desafortunado. Aunque en ella se da una visión victimista por parte de su autor, nos sirve para hacernos una idea de la interesante y polémica vida de este peculiar genio.

LUIS VII se enfrenta al papa INOCENCIO II, con motivo de la toma de posesión del obispado de Langres


En mayo de 1141, LUIS VII se enfrenta al conde Teobaldo II de Champaña y al papa INOCENCIO II, con motivo de la toma de posesión del obispado de Langres, ya que él quiere que sea elegido un monje de Cluny, candidato Bernardo de Claraval. De nuevo vuelve a oponerse al Papa en 1141 intentando imponer su candidato para la sede de Bourgues contra Pierre de la Châtre (apoyado por el sumo pontífice). El Papa excomulga al rey de Francia LUIS VII y Pierre de la Châtre se refugia en Champaña.

CELESTINO II es entronizado papa. Primer papa elegido sin ninguna intervención del pueblo romano.


CELESTINO II es entronizado papa (3.10.1143 – 8.3.1144). Guido de Castello es el primer papa elegido sin ninguna intervención del pueblo romano. Es cardenal. La elección es apoyada por la emperatriz Matilda, viuda de Enrique V. CELESTINO II es hombre profundamente fiel a la Iglesia y, a la vez, discípulo de Abelardo y amigo de ARNALDO de Brescia. Esta relación enfrentará a CELESTINO II con BERNARDO de Claraval que le reprochará la protección que brinda a ARNALDO. Sin embargo, el acto más significativo de su breve pontificado será la anulación, gracias a la intercesión de BERNARDO de Claraval, de la excomunión que sobre el rey francés LUIS VII ha lanzado Inocencio II. Por otra parte, se negara a ratificar el tratado de Migniano (1139) en virtud del cual se ha reconocido la soberanía de Roger II sobre Sicilia y el sur de Italia.

Una de las ciudades de Languedoc, Albí, es visitada por BERNARDO de Claraval. Queda horrorizado.


Una de las ciudades de Languedoc, Albí, es visitada, en la fecha, por BERNARDO de Claraval, abad cisterciense apodado el doctor Melifluo. La visita ha sido encargada por el legado pontificio. El santo se va horrorizado y convencido de que la comarca del Albigés es una guarida de “la herejía” y concretamente de Albí, dice: “El pueblo está más contaminado que cualquier otro lugar por la depravación herética”. BERNARDO no puede olvidar el día en que en la antigua catedral de Santa Cecilia, habiendo convocado al pueblo para escuchar su predicación, solamente acuden treinta personas, que además se ríen de él… A raíz de esta visita surge un nuevo nombre para los cátaros: albigense. De hecho, la región del Albigés es destacada por su fuerte implantación cátara, pero los núcleos más importantes los hallamos a cierta distancia de la capital, que, por otra parte, no tendrá una participación activa en todo este drama.