Nace en Braunau-am-Inn (Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que es el Imperio Austrohúngaro.) Adolf HITLER. Su padre descendiente de una familia de pequeños campesinos, desempeña el cargo de inspector de aduanas y ha cambiado el apellido Schicklgrüber por Hitler

Adolf HITLER, llevado de sus aficiones artísticas en su bohemia y huérfana juventud, no realiza estudios formales. Con 18 años, se dirige a Viena donde pretende entrar en la Academia de Bellas Artes. No lo consigue. Entonces trata de entrar en la Escuela de Arquitectura. Tampoco lo consigue.

Adolf HITLER intenta de nuevo entrar en la Academia de Bellas Artes de Viena, por lo que repite el examen que realizó el pasado año. De nuevo no tiene éxito y no es admitido. A partir de entonces se ganará la vida trabajando de pintor.

HITLER, que durante estos años ha estado acusando a los judíos de ser los que no le han permitido entrar en la Academia de Bellas Artes de Viena porque son ellos quienes la dirigen, lleva una vida de resentimiento y de pobreza hasta que encuentra su lugar como soldado en la primera guerra mundial, en cuyo transcurso al parecer lucha con bravura.

Después del conflicto, Asolf HITLER se dedica a reconstruir una Alemania nacionalista y a resarcirse de la derrota de 1918. También él sustenta la teoría de la conspiración: Alemania ha sido traicionada desde el interior, y se adhiere con tenacidad psicópata a la idea de que los judíos son el enemigo. Al final, éste se revela un método perfecto para hacerse con el poder, pues los judíos son relativamente escasos y están indefensos, con lo que, al atacarlos, los resentidos por la derrota pueden experimentar una sensación de poder y victoria pero sin correr riesgo alguno.

En 1919, HITLER se une a un excéntrico grupo llamado Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores, (Antiguo Partido de los Trabajadores Alemanes). De las dos primeras sílabas de «Nationaln (pronúnciese «natsionab>) sale el abreviado «nazi» (pronúnciese «natsi»). HITLER resulta ser un eficaz orador, al menos para los oídos alemanes, y sobre esos oídos vierte su odio por el tratado de Versalles y por los judíos, y encuentra oyentes bien dispuestos. Va ganando fuerza, y tras la ocupación del Ruhr y la inflación, considera que tiene bastantes seguidores como para intentar un putsch en Baviera. En septiembre de 1919 HITLER escribe su primer documento político. En él señala que la «cuestión judía» debe ser resuelta a través de la remoción total de los judíos de Europa, que debe ser llevada a cabo no de forma emocional, mediante pogromos o métodos similares, sino en base a una eficiente planificación. Para Hitler, «el tema judío es la cuestión esencial del nazismo».

Creación de las SA. (Sturm Abteilung) como servicio de orden del Partido Nacionalsocialista. Las SA. se convirtieron en un verdadero ejército político que jugará un papel de mucho peso en la ascensión de Hitler al poder. Encuadrados militarmente, pero no siempre disciplinadas, los camisas pardas garantizaban la tranquilidad en los actos públicos, protegían a sus líderes y cuidaban de la propaganda, desde pegar carteles a distribuir octavillas, hasta desfilar con antorchas; y, frente a sus enemigos propinaban palizas, perturbaban mítines, preparaban y cometían atentados.

HITLER odia a los aristócratas, los capitalistas, los comunistas y los liberales, así como a los judíos y a todos aquellos que no pertenecen a la raza aria. En la fecha, 8 de noviembre, junto con otros miembros del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Partido nazi), lleva a cabo en una cervecería de Munich -la Bürgerbräukeller-, donde se reúnen los dirigentes bávaros el conocido como “Golpe de Mùnich” entre otras denominaciones. Estaba el gobernador de Baviera, Gustav von Kahr, pronunciando un discurso delante de 3.000 personas. Cerca de 600 hombres bloquean las salidas. Hitler, rodeado por sus copartidarios Hermann Göring, Alfred Rosenberg y Rudolf Hess, entra por la puerta delantera, dispara un tiro al techo y salta sobre una silla gritando: “¡la revolución nacional ha estallado!”. De inmediato se declara un gobierno provisional en el sitio. Los cuarteles de la Reichswehr y los de la policía son ocupados por partidarios derechistas. HITLER y algunos copartidarios toman como rehenes al Comisario de Baviera, Gustav von Kahr, y a sus dos hombres más importantes, von Lossow y von Seisser.

Al amanecer del 9 de noviembre, los tres hombres del gobierno retenidos en la Bürgerbräukeller fueron liberados bajo palabra de compromiso con la “revolución” por un ingenuo Erich Ludendorff. Los tres gobernantes, inmediatamente después de ser liberados, dieron órdenes a la policía de acabar con la revuelta y se mostraron firmes en sus puestos. Ante esta situación, Hitler decide marchar hacia el Ministerio de Defensa bávaro con el mariscal Ludendorff a la cabeza, al parecer y por los testimonios que se conservan, sin un objetivo claro. Hitler calculaba que la policía no dispararía sobre estos veteranos de la Primera Guerra Mundial y los acompañarían en el putsch. Por el camino, se encuentran frente a frente con la policía fuertemente armada. Al cabo de unos segundos suena un disparo y comienza un importante tiroteo en el que se producen quince muertos. Hitler y Goring son heridos aunque pueden escaparse. Nunca quedará claro quién disparó primero. HITLER escapa a casa de un amigo, pero a la tercera noche de permanecer escondido, la policía llega y le arresta. Es llevado a la prisión de Landsberg donde sabrá que será juzgado por alta traición.

HITLER es condenado a cinco años de cárcel por alta traición, al intentar deponer por la fuerza -en el “Golpe de Mùnich”- al Gobierno bávaro el 8 de noviembre anterior. Pero lo cierto es que pasará menos de un año y con gran comodidad. El sistema judicial, como siempre, no ve nada indebido en la rebelión si ésta es de derechas.