Finalmente, en el año 338 aC. en la decisiva batalla naval de Antium, Roma derrota a los volscos, aliados de la Liga Latina, llevándose un precioso tesoro, las proas de los barcos enemigos, o rostra, que durante siglos adornarán la tribuna de oradores del Foro Romano. Esta importante victoria señala el final de las guerras latinas. En efecto, la Liga Latina se disolverá en 338 aC y sus ciudades se integrarán en la República romana mediante acuerdos bilaterales y estatutos específicos para cada una, impidiendo las relaciones particulares y de derecho entre ellas. A cambio, las ciudades sometidas recibirán mayores derechos para sus ciudadanos, y algunas de ellas incluso recibirán la ciudadanía romana, como Lanuvio o Aricia; otras serán elevadas al rango de colonias, como Ostia, Anzio y Terracina.

Segunda guerra Samnita (326 aC a 304 aC). La Segunda Guerra Samnita tuvo lugar tras la Segunda Guerra Latina, en la cual los samnitas apoyaron a Roma. Los samnitas interpretaron como casus belli tanto el apoyo que Roma brindó a la ciudad de Nápoles, amenazada por los samnitas, como la fortificación de Fregelas, situada en la margen opuesta del río Liris que hasta ese momento había supuesto la frontera entre ambos pueblos.

Durante la segunda guerra samnita se produjo el famoso episodio de las Horcas Caudinas, uno de los sucesos más humillantes en la historia de Roma. Atrapado en un desfiladero junto a la ciudad de Caudium, todo el ejército, desarmado, fue obligado a pasar bajo el yugo de las lanzas samnitas, una costumbre que los romanos adoptaron desde entonces en sus victorias sobre otros pueblos.

En 316 aC. Roma reanuda las hostilidades contra los samnitas, pero es de nuevo derrotada en la batalla de Lautulae (315 aC.). Su siguiente estrategia será la construcción de la Vía Apia que la comunicará con Capua, fundando colonias a lo largo de su recorrido para encerrar a los samnitas dentro de su territorio.

En 310 aC. los romanos vencen a los etruscos (aliados samnitas desde el 311 aC.) en la batalla del Lago Vadimón, a orillas del Tíber. Tras un avance sobre la Apulia, los romanos toman Boviano (Bovaiamom, llamada Bovianum Undecumanorum por los latinos, actual Bojano), la capital samnita.

El fin de la Segunda guerra Samnita en 304 aC. supone el sometimiento de la Campania por Roma, y la renuncia a toda expansión por parte de la Liga samnita.

El arte romano es subsidiario del arte mesopotámico, del egipcio y del griego; sin embargo, dos fenómenos le confieren gran importancia. En primer lugar, Roma aportó a las creaciones artísticas anteriores su gran sentido práctico y su impronta tecnológica (los romanos fueron antes ingenieros y urbanistas que arquitectos). En segundo lugar, Roma amplio el margen geográfico de las sociedades urbanas complejas al extender su imperio desde las islas británicas a los confines orientales de Anatolia, desde los ríos Rin y Danubio a los bordes fértiles del norte de África. El arte romano es ecléctico (estilo o corriente artístico que toma elementos de otros, mezclándolos). Es también un arte político, monumental y propagandístico.

Los muros interiores de las casas romanas se recubrían con estuco y se adornaban con pinturas murales de gran calidad técnica y estética. Las casas de Pompeya y Herculano, sepultadas por la erupción del Vesubio en el siglo I dC. permiten conocer todo el esplendor de la pintura romana. Es una pintura naturalista, de colorido vivo, con efectos de ilusionismo espacial y pincelada suelta. El mosaico se utiliza como pavimento de los locales públicos y de los hogares pudientes. Su técnica es depuradísima y su temática similar a la de la pintura (escenas mitológicas, de cacería, bodegones, paisaje,etc) La cerámica es menos refinada que la griega; no así la orfebrería y la joyería en general (camafeos).

La Tercera Guerra Samnita tiene lugar entre el 298 y el 290 aC. Los samnitas organizan una coalición antirromana con los etruscos, sabinos, lucanos, umbros y celtas del Norte de Italia. Roma obtiene victorias por separado frente a todos ellos. Las tropas samnitas huyen hacia el Norte en pos de etruscos y celtas, y en 295 aC. la alianza luchará contra los romanos en la batalla de Sentino, en la que serán derrotados.

AGATOCLES de Siracusa, se alía con los cartagineses que dominan el resto de Sicilia, para hacer frente común contra un adversario que empieza a mostrarse temible: Roma.