CATALUNYA (Región española) (1716-1979)

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Bandera de CatalunyaCATALUNYA. Región española de 1716 a 1979

El rector i pedagogo Baldiri Reixac publica en 1749 las ‘Instruccions per a l’ensenyança de minyons’


El rector i pedagogo Baldiri Reixac publica en 1749 las ‘Instruccions per a l’ensenyança de minyons’, obra con la que defensa y justifica el uso del catalán en la enseñanza elemental. A pesar del proceso de castellanización de la alta cultura en la Catalunya del siglo XVIII, la lengua catalana continúa siendo, durante la primera mitad de siglo, la lengua de la enseñanza de las primeras letras, dejando de lado algunas excepciones. A pesar de todo, la propia dinámica histórica lleva hacia una progresiva penetración del castellano en la escuela. Los maestros, muchos de ellos sin un buen dominio del castellano tienen muchos problemas para que los alumnos, casi todos catalanoparlantes, asimilen la lengua castellana. De otro lado, es necesario tener en cuenta que la mayor parte de la población no está escolarizada y que la lengua coloquial y familiar es el catalán.

La fachada actual del Palacio de la Generalitat se realiza en el siglo XVIII, es de gusto grecoromano.


La fachada del Palacio de la Generalitat de Catalunya (que sigue en la actualidad) se realiza en el siglo XVIII, es de gusto grecoromano y evoca la del palacio Farnesio de Roma; en el centro figura la estatua ecuestre de Sant Jordi, obra moderna del escultor Aleu. En el interior del Palacio destacan el Pati dels Taronges, el saló Sant Jordi, la capilla de Sant Jordi (solicitada por los diputados de las Corts Catalanes para poder oir diariamente la santa misa), y la Sala Daurada.

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CARLOS III condona a todo el Principado, las cantidades que se deben por razón del catastro.


Agradecido el rey CARLOS III a los catalanes por sus manifestaciones afectuosas, condona a todo el Principado, antes de abandonar Catalunya para dirigirse hacia Madrid, las cantidades que se debían por razón del catastro creado por FELIPE V, hasta el 31/12/1759, manifestándoles, además, que “se reservaba S.M. hacer, con mayor conocimiento, que experimentara el benemérito Principado los mayores efectos de su Real Munificencia”. Las aclamaciones del pueblo catalán acompañaron al rey hasta la salida de Catalunya.

En el Memorial de Greuges, los gremios y las instituciones catalanas recogen sus quejas al sistema político.


A lo largo de todo el siglo XVIII, diferentes sectores de la sociedad catalana manifiestan su disconformidad con el funcionamiento del sistema político y económico derivado de la aplicación del Decret de Nova Planta de 1716. Los gremios y las instituciones locales dirigen sus protestas a las autoridades superiores y al rey, criticando en muchos casos la gestión de los corregidores. Uno de los memoriales más importantes será el redactado conjuntamente por los representantes de las ciudades de Barcelona, Valencia, Zaragoza y Ciudad de Mallorca, que será bautizado con el nombre de Memorial de Greuges (1760). Otros memoriales saldrán de la pluma del abogado Francesc Romà i Rossell, que elaborará numerosas propuestas de carácter reformista con el objetivo de favorecer el comercio y la industria.

CARLOS III elimina el catalán de la enseñanza primaria y secundaria por una Real Cédula.


Así como Felipe V había eliminado el uso oficial del catalán, CARLOS III lo elimina de la enseñanza primaria y secundaria por una Real Cédula fechada en Aranjuez en 23 de junio de 1768. Según la cédula, la medida ha de servir para “extender el idioma general de la Nación, para su mayor armonía y enlace recíproco” y responsabiliza a las autoridades judiciales del control de su cumplimiento. En los años siguientes se sucederán las prohibiciones en otros ámbitos, por ejemplo, en el de la redacción de libros mercantiles (Cédula de CARLOS III de 24/12/1772). Tales medidas no conseguirán la total desaparición de la lengua catalana, que incluso será vehículo de notables creaciones literarias. La actuación de CARLOS III en este tema se entiende como una respuesta a las reivindicaciones lingüísticas contenidas en el “Memorial de Greuges” presentado por los súbditos de la Corona de Aragón en 1760.

Entre 1769 y 1783, la industria algodonera conoce una gran expansión.


Paralelamente a las industrias tradicionales en Catalunya se desarrolla una nueva: La textil algodonera. Hacia 1736 se fundan los primeros establecimientos dedicados a la fabricación de indianas o telares de algodón estampado. Entre 1769 y 1783, la industria algodonera conoce una gran expansión gracias a la demanda del mercado colonial al cual se destinan dos terceras partes de su producción.

En el territorio de la Alta California, los franciscanos de habla catalana abrirán un total de 21 misiones.


En el territorio de la Alta California, los franciscanos de habla catalana abrirán un total de veintiuna misiones. La primera de estas, la de San Diego de Alcalá, es fundada el 16 de julio de 1769 por los franciscanos mallorquines, Juníper Serra, Joan Crespí y Francesc Palou. La última, la de San Francisco Solano, será creada el 4 de julio de 1823 por el catalán Josep Altimira.

El explorador catalán Gaspar de Portolà descubre la bahía de San Francisco dirigiendo una expedición.


El explorador catalán Gaspar de Portolà, al mando de una expedición formada mayoritariamente por catalanes y mallorquines, destinada a explorar para establecerse en las costas de la alta California, descubre la bahía de San Francisco.  El padre Serra fundará en este lugar diversas misiones y De Portolà se convertirá en gobernador de California.

En Catalunya, los sectores industriales tradicionales, el textil, las fraguas y los astilleros, entran en crisis.


Los sectores industriales tradicionales, especialmente del ramo del textil, como la lana y la seda, entran en crisis, igual que otras como las fraguas y los astilleros. El mantenimiento de una rígida estructura gremial y la dependencia de las importaciones provocan la decadencia de la actividad sedera. La lana, condicionada también por la estructura gremial y muy dispersa, no se adapta a las transformaciones técnicas ni se beneficia de la demanda. Las industrias tradicionales de las fraguas y los astilleros se ven favorecidas por un incremento de la producción, resultado del aumento de la demanda vinculada con el comercio colonial, pero no se renuevan y son incapaces de adaptarse a los cambios económicos cuando desaparecen las condiciones comerciales favorables.

La industria papelera experimenta un espectacular crecimiento a lo largo de todo el siglo XVIII.


La industria papelera experimenta un espectacular crecimiento a lo largo de todo el siglo XVIII, favorecido por la demanda del estado y una legislación favorable. En los alrededores de 1730, en Catalunya había 32 fábricas. A partir de estas fechas, el número de molinos papeleros se irá incrementando. El 1775 se contabilizan 109 molinos, con una producción anual de 120.000 resmas de papel. Las fábricas se concentran en las principales cuencas fluviales: Anoia, Llobregat, Fluvià-Terri, Ter, Tordera, Ripoll, Foix-Gaià, Francolí-Brugent, Noria, Cardener y Segre. La calidad, cantidad y diversidad del papel producido, sobre todo timbrado, blanco y pintado, se beneficia de la demanda americana. Unas de las dinastías de papeleros catalanes de más nombre serán los Romero y los Guarro.