PROTESTANTISMO (1517- ……….)

Total de piezas: 175

JUAN TETZEL, a quien el arzobispo Alberto ha encomendado la predicación de la indulgencia concedida por LEÓN X no cumple con la suficiente dignidad.


JUAN TETZEL, fraile dominico a quien el arzobispo Alberto ha encomendado la predicación de la indulgencia concedida por LEÓN X con el objeto de construir la basílica de S.Pedro de Roma, no cumple su oficio con la suficiente dignidad; en lugar de atenerse al uso tradicional de la Iglesia, se atiene a las instrucciones de Alberto, según las cuales para ganar la indulgencia basta la entrega de la limosna. Es fácilmente explicable y nada injusto que alguien levante su protesta.

La Reforma protestante se extiende por Francia desde Alemania durante el reinado de Francisco I.


En Francia, el aumento de la población, sin el correspondiente aumento en la producción, y la inflación monetaria lleva a la mayoría del pueblo a la pobreza. La Reforma protestante, que se extiende desde Alemania durante el reinado de FRANCISCO I, atrae a muchos seguidores.

LUTERO se indigna ante la existencia de una bula, que se conocerá como “Taxa Camarae”.


Parece que, entre otras cosas, LUTERO se indigna ante la existencia de una bula, que se conocerá como “Taxa Camarae”, en la que el Papa fija los estipendios a entregar a la Corte Papal en función de los diversos pecados posibles, en vistas a su absolución. Según esto, uno podría obtener el perdón de sus pecados pasados o comprarlo anticipadamente para los venideros, a modo de licencia, a cambio del pago de una determinada cantidad. Sobre esta cuestión particular se realizará un estudio histórico sólido que demostrará la falsedad de tales acusaciones, como también explicará de dónde procedían esas listas de precios, que no eran los precios a pagar por la absolución de los pecados sino más bien las cuotas que cobraban los escribanos y otros empleados de la curia por el servicio de escritura y demás necesidades de oficina.

El descontento que se genera contra la Iglesia alcanza su punto culminante con la aparición de Martín LUTERO.


El descontento que se va generando contra la Iglesia alcanza su punto culminante con la aparición de Martín LUTERO. Sus consecuencias superarán ampliamente el marco religioso. El tejido social se ve sacudido en sus cimientos. Las inquietudes espirituales de Martín LUTERO se combinan con las ambiciones seculares de los príncipes alemanes para producir la Reforma protestante que rápidamente se expande por Europa. El movimiento para la reforma religiosa propugna la libertad religiosa aun a costa de la unidad cristiana de Occidente. Las luchas religiosas intensificarán los conflictos políticos europeos durante cien años.

El papa LEÓN X tiene noticias de un fraile agustino, doctor de Wittenberg, llamado Martín LUTERO.


El papa LEÓN X tiene noticias de un fraile alemán, agustino, doctor de Wittenberg que regenta la cátedra de Sagrada Escritura de aquella Universidad de Sajonia, de 34 años, que se llama Martín LUTERO y que mantiene constantes disputas teológicas con otro fraile dominico llamado TETZEL, otro fraile dominico, que tiene a su cargo la campaña para recoger fondos con destino a la construcción de la nueva basílica de San Pedro.

MARTÍN LUTERO fija en la puerta de la Iglesia de la Universidad de Wittenberg, sus 95 proposiciones.


MARTÍN LUTERO, según la leyenda, fija en la puerta de la Iglesia de la Universidad de Wittenberg, un documento que contiene 95 proposiciones contra los predicadores de indulgencias y contra muchas de sus doctrinas, sobre las que el autor declara estar dispuesto a discutir con cualquiera, de palabra o por escrito. De hecho, este gesto es simbólico e inventado más tarde. En realidad, LUTERO, a raiz de un enfado por un asunto de indulgencias, envía las 95 proposiciones o tesis a los obispos afectados y a amigos para que las impriman rápidamente. La imprenta, el revolucionario invento de Guttemberg, resulta clave en el aceleradísimo éxito del escrito, considerado el origen del protestantismo, la auténtica obsesión de los papas en los siglos siguientes. Y es que la Reforma pretende volver a la Iglesia romana al papel de siempre, dejando para los Césares los temas políticos, y para los papas, los asuntos de Dios.

Después de la actitud de LUTERO, Alemania entera no habla de otra cosa. Silencio del Papado.


Pronto, Alemania entera no habla de otra cosa. Reina un gran descontento -en parte justificado- con la actitud del Papado y con lo que sucede en Roma. Si, en estas circunstancias, LEÓN X aclarase la doctrina de las indulgencias, como hará luego, tal vez la «Reforma» nunca se hubiese producido. Pero obra con lentitud y deja que siga la controversia, fomentada por la rivalidad entre los agustinos y los dominicos. Muchos se sienten entusiasmados por el hecho de que alguien llame por fin públicamente por su nombre a la penosa situación de la Iglesia católica y lo hace, además, en un lenguaje claro y comprensible para todos. Por otra parte, a Lutero le mueve el mismo afán que a los reformadores anteriores: el nacionalismo. Wyclif había apelado a los nacionalistas ingleses que objetaban que el dinero iba siempre a parar a los cofres italianos del Papa. De la misma manera, Hus invocó el nacionalismo bohemio y ahora Lutero hace otro tanto con el nacionalismo alemán. Pero Lutero dispone de algo que les faltó a Wyclif y Hus: la imprenta.

Algunas de las 95 tesis de LUTERO van contra abusos reales, pero la acritud con que están escritas las hace desorbitadas.


Algunas de las 95 tesis de LUTERO van contra abusos reales, pero la acritud con que están escritas las hace desorbitadas. Leyéndolas, da la impresión de que la cristiandad entera está indignada con el hecho de que se construya una nueva basílica; además, parece que Roma entera está siendo reconstruida con dinero alemán. Lo malo es que LUTERO se ha atrevido a decir lo que muchos burgueses alemanes piensan. Y aun peor, que se ataca con vigor la doctrina teológica que sirve de fundamento a las indulgencias. «Proclamo», dice LUTERO, «que el Papa no tiene jurisdicción sobre el purgatorio… si la tuviera, podría abolirlo, haciendo que nadie fuera a él». Tras lo cual concluye que las indulgencias suponen un serio peligro para la salvación. Dice, además, que los predicadores de indulgencias se equivocan o cuentan conscientemente falsedades a la gente. “Cualquier cristiano que sienta verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados, obtendrá el perdón pleno de su culpa y su pena, incluso sin indulgencias, sólo por la gracia de Dios”, escribe.

Ulrico ZWINGLIO, párroco de Zurich, empieza a predicar la vuelta al cristianismo primitivo.


Ulrico ZWINGLIO es un párroco de Zurich con una completa formación humanística y admirador de Erasmo de Rotterdam, cuando, en la fecha, empieza a predicar la vuelta al cristianismo primitivo, a criticar los abusos del clero y el tráfico de las indulgencias; se opone también a las servidumbres feudales y los compromisos con las potencias extranjeras. Su doctrina es un conjunto de neoluteranismo y reformismo político social que le valdrá una inmensa popularidad. Las diferencias religiosas motivadas por la predicación de la Reforma iniciada por Zwinglio, provocarán complicaciones políticas y enfrentamientos en lucha armada entre católicos y protestantes.

El Papa interviene de inmediato en el tema de LUTERO.


LUTERO consigue pronto seguidores que, como él, quieren reformar la Iglesia. Aquello no gusta, por supuesto, a los príncipes eclesiásticos; el Papa León X exige a LUTERO retractarse de su error, pues de lo contrario será excluido de la Iglesia. Pero LUTERO da más valor a las palabras de la Biblia que a las del Papa, a quien llama “anticristo”. El Papa interviene de inmediato. No es cierto, como se ha afirmado, que lo designara como “reyerta de frailes”. Su primera providencia es encargar al superior de los agustinos, Staupitz, que procure contener a LUTERO. Mas como Staupitz es uno de sus principales protectores y admiradores, esta primera medida tomada por la curia romana queda sin ningún resultado. En un capítulo de la Orden celebrado en Heidelberg en abril de 1518, LUTERO se mantiene en sus ideas y envía al mes siguiente una explicación a Roma. El tono del escrito es sumiso pero su contenido es abiertamente contrario al dogma católico. Una retractación que se le exige es rechazada.