En Serbia, MILOS I Obrenovic ha gobernado despóticamente, y no habiendo aceptado la Constitución de 1835, se hace impopular debiendo abdicar, en la fecha, bajo la presión de Rusia y de Turquía. En efecto, abdica en su hijo MILAN II, lo que provoca luchas intestinas ya que MILAN, persona enfermiza, se está muriendo en estos días.

Después de la Guerra Civil en Rusia, la frontera entre la Unión Soviética y Turquía queda fijada en el tratado de Kars de 1921.

Turquia pasa pronto a desempeñar un papel determinante en su área regional y en el cruce de intereses de las grandes potencias.

El Tratado de Sèvres de 1920, ha sido sólo un documento que ha quedado en papel mojado, pues tres años más tarde, en la fecha, se firma el Tratado de Lausana -con el que los aliados admiten el temor al expansionismo soviético- que zanja la relación de Turquia con los aliados vencedores sin hacer ninguna referencia a la formación del prometido Kurdistán. Por este Tratado, Turquia, después de tres años de guerra y negociaciones, logra recuperar lo esencial del territorio y los kurdos tienen que renunciar a su sueño. Turquia, pues, se anexiona la mayor parte del Kurdistán. Su historia es la de una rebelión tras otra en la búsqueda de una emancipación frente a los estados en los que viven encajonados.

Mustafá Kemal Ataturk proclama en Ankara, que se convierte en su capital, la república en Turquía, de la que es elegido presidente (29/10/1923-10/11/1938). Es abolido el sultanato, y la dinastía de los Otomanos se extingue después de seis siglos. Inmediatamente se dedica a imponer su programa de occidentalización. Separa la religión del Estado e introduce innovaciones occidentales como el sufragio universal, los partidos políticos, un parlamento y libertad religiosa (aunque muestra el mayor cuidado en preservar su propio poder). Obliga a los turcos a adoptar atavíos occidentales, y los hombres han de renunciar al fez y las mujeres al velo. Se implanta un código penal importado de Occidente y se prohibe la poligamia. Se establecen el alfabeto latino, el calendario occidental y el sistema métrico. A los turcos se les asignan apellidos, y así Kemal adopta el de Atatürk («padre de los turcos»). Desde los tiempos de Pedro el Grande no se ha visto un proceso de occidentalización semejante, cuando aquel monarca lo impuso por la fuerza a las clases altas de Rusia, doscientos cincuenta años antes.

Los diputados de la Asamblea Nacional de Turquía eliminan el Ministerio de la Sagrada Ley tradicional del califato y convierten este país en el primer estado laico del mundo islámico. Comienza un proceso de socialización secular liderado por el general Mustafá Kemal Atartük que se alargará más de una década. Abdul Mejid y toda su familia son expulsados el 3 de marzo de 1924. Lo que fuera Imperio otomano es ahora la República turca o, como es comúnmente conocida, Turquía.

Pretensiones independentistas de los kurdos en Turquia que son duramente reprimidas, organizando deportaciones masivas. En realidad fue una forma disfrazada de asesinato, porque la mayoría de los deportados desapareció en el curso de su traslado.

La rama militar del partido Hoybun, de los kurdos de Turquia, ataca al Ejército en la región de Ararat, pero son brutalmente aplastados y el Gobierno decide entonces terminar con el asunto negando absolutamente la identidad kurda. Se impone la homogeneidad étnica y se decide que los habitantes de Anatolia, la zona kurda de Turquia, sean conocidos no como kurdos, sino como \”turcos montañeses\”. Es un caso único de etnocidio brutal de efectos inmediatos, por decreto.

Los kurdos en Turquia organizan el partido Hoybun.

Después de aquellos hechos, los kurdos tardarán muchos años en volver a tener posibilidades de plantar cara al Estado turco, pero nunca perderán ni su lengua ni un espacio cultural común, basado en su secular estructura tribal y la misma religión sunita de rito shafiite. La diversidad tribal es sustituida por los partidos que, sin embargo, permanecen impregnados por el tribalismo, el sufismo y las \”deudas de sangre\” entre clanes. A falta de un proyecto nacional común a todos los kurdos -y ahí reside la principal contradicción del movimiento kurdo-, la persistencia de una dinámica sostenida por el sistema tribal y cofrade alimenta el nacionalismo kurdo, el cual, por tradición, se expresa a través de la lucha armada, una lucha que no ha cesado desde 1923 con más fracasos que éxitos.