Los bucaneros franceses, ingleses y holandeses se apoderan de la isla Tortuga en 1625, (cerca de la costa noroeste de la actual Haití). Desde esta isla, los franceses penetran en la parte occidental de la isla de Santo Domingo, favorecida por la despoblación de la colonia española.

Francia y España pactan la partición de la isla La Española; Haití (el Oeste) queda bajo dominio francés.

En la fecha, por el Tratado de Aranjuez -firmado entre España y Francia-, queda fijada la delimitación entre la colonia francesa de Saint Domingue (Haití) con capitalidad en Puerto Príncipe y la española Santo Domingo cuya principal ciudad es Santo Domingo. El límite exacto de estos territorios no es establecido con exactitud por lo que permanecerá cuestionado hasta 1929.

Los triunfos republicanos en Europa obligan a España a firmar, en la fecha, la Paz de Basilea con Francia. Por ella, se pone fin a la Guerra del Rosellón y Francia devuelve a España todos los territorios ocupados en España (el valle de Arán y parte del Ampurdán y de Vacongadas) tras haber obtenido de CARLOS IV la promesa firme de que los guipuzcoanos simpatizantes con la Revolución no serán castigados. A cambio España concede a Francia grandes derechos sobre importación de ganado español y le entrega la parte española de la isla de Santo Domingo (los franceses ya controlan la parte occidental de la isla, Haití, desde la firma del Tratado de Rijswijk en 1697). De esta forma, por no haber escuchado a tiempo a ARANDA, España no sólo no recobra la parte francesa de la isla de Sto. Domingo, sino que pierde incluso la parte española. El precio que tiene que pagar GODOY para superar el fracaso, cuesta muy caro a España. Las cláusulas secretas del tratado disponen que España no perseguirá a los afrancesados. Se posterga para más tarde un nuevo tratado en el que se formalizará una alianza contra Inglaterra. Por topo ello, GODOY se adjudica él mismo el más alto título: el de Príncipe de la Paz.

Toussaint decide independizar a la isla de Santo Domingo de Francia, derrotando a las fuerzas fieles de la metrópoli, que capitulan y escapan hacia Cuba y las pequeñas Antillas. En la fecha, se aprueba una Constitución en la isla en la que figura la abolición de la esclavitud y la igualdad de todos sus habitantes, cosas que no tienen parangón con ninguna otra constitución. Su artículo tercero señala: “No podrán existir esclavos en este territorio, la servidumbre queda abolida para siempre; todos sus habitantes, nacen, viven y mueren libres y franceses”. Por otra parte, Toussaint se convierte en Gobernador vitalicio con potestad para poder elegir a su sucesor. Pero…Napoleón, tiene sin embargo otras ideas y defendiendo ardorosamente el colonialismo francés, desea restaurar el viejo orden en las islas azucareras, por ello, decide que en cuanto los británicos levanten el bloqueo, partirá una escuadra a Santo Domingo con un ejército que aplaste la rebelión. Así lo hace en diciembre de 1801. Lanza una flota con más de 80 navíos y alrededor de 58.000 hombres para recuperar la colonia de Santo Domingo de manos de los negros.

En Santo Domingo, Leclerc no puede hacer nada contra las guerrillas negras, así que ofrece una negociación con Toussaint. Cuando el dirigente haitiano acepta, en la fecha, Leclerc se apodera de él con engaño y en el mes de junio lo envía preso a Francia.

Francia restablece de nuevo las servidumbre en las colonias, la trata de esclavos y el viejo “Código Negro” de Luis XIV. Todos los esclavos vuelven a la situación que han tenido antes de 1789.

Fallece, en la fecha, Toussaint, el dirigente negro haitiano encarcelado en Francia en una fría celda del fuerte de Joux, en las montañas de Jura.

Leclerc ya ha muerto (11/1802) y su sucesor, el prestigioso general Donatien Rochambeau, sufre una decisiva derrota en la batalla que, en la fecha, tiene lugar en Vertières, alrededores de Cap Française (Desde ahora Cap Haitien). Firma la capitulación. Diez días después, reembarcan hacia Francia los supervivientes de aquella descabellada locura colonial napoleónica. La actuación de Toussaint resultará un juego de niños comparada con las atrocidades de su sucesor, Jean Jacques Dessalines, considerado el padre de la patria haitiana y que está llevando el país a su independencia.

Francia reconoce y acepta la independencia de Haití. Dessalines es nombrado gobernador vitalicio. Posteriormente se autodesignará emperador con el nombre de Jacobo I.