Nace Alfonso (el que será Alfonso XII) hijo de Isabel II y de Francisco de Asís, reyes de España. Al oír el pueblo el decimosexto cañonazo, que lo señala como varón, el júbilo es inenarrable, concediéndose una amplia. amnistía.Es bautizado solemnemente en la tradicional pila de Santo Domingo de Guzmán de la Capilla Real. Ya tiene una hermana: Isabel. Cábalas sobre la paternidad del príncipe de Asturias: Su madre, la reina Isabel, y el rey consorte, Francisco de Asís, ocupan habitaciones muy separadas en el enorme palacio y casi nunca hablan entre ellos, excepto cuando les visita sor Patrocinio, la monja de las llagas, que es amiga de los dos y pretende reconciliarles. Y es que la reina es visitada muchas noches por un extraño personaje llamado Enric Puigmoltó i Mayans, que entra subrepticiamente en su habitación. Puigmoltó será alejado de palacio pocas semanas antes de que nazca el infante. Alfonso tendrá posteriormente otras tres hermanas que irán llegando a este mundo ante su mirada de asombro, mientras Miguel Tenorio, un personaje tan extraño como el desaparecido Puigmoltó, frecuenta casi todas las noches la regia alcoba de doña Isabel. El confesor de su madre es Antonio María Claret.

La vuelta a un París más apaciguado, en agosto de 1871, convertido en capital de la Tercera República, significa para los jóvenes -ALFONSO y sus hermanas- la reanudación de sus actividades docentes. Pero la vida social no es la misma, con el Palacio de las Tullerías cerrado, los reyes de Francia en el exilio y muchos de sus antiguos amigos en situación precaria. Por suerte, el marqués de Alcañices no ha perdido su dinero ni su influencia y puede seguir ayudando y aconsejando a don ALFONSO. Tampoco CÁNOVAS, desde España, ha dejado de preocuparse por la suerte de la familia real. Y todos ellos piensan entonces que el joven ALFONSO, que va a cumplir catorce años, debe seguir sus estudios en otro lugar, ya no en territorio francés, sino en el Imperio austrohúngaro, a ser posible. Con ello adquiriría una formación más completa, conocería la lengua alemana y viviría entre personas de ideas y sentimientos semejantes a los suyos, en un estado monárquico y católico, no republicano y laico como Francia.

CÁNOVAS pretende restaurar la monarquía por caminos pacíficos y democráticos. Sabe que sólo esta base legal permitirá un amplio consenso nacional, un reconocimiento internacional y una prolongada estabilidad del nuevo régimen. Pero la tradición de los pronunciamientos militares está aún viva en el país. Y un general en activo, monárquico de toda la vida, Arsenio MARTÍNEZ CAMPOS, gobernador militar de Catalunya, se levanta militarmente cerca de Sagunto el 29 de diciembre de 1874, proclamando rey a ALFONSO XII (1874-1885). El general sólo cuenta con dos batallones para respaldar su proclamación, pero incluso tan magra fuerza sobra. España está harta de anarquía, guerra civil y desgobierno y, monárquicos y republicanos, están convencidos de que la única salida es la restauración borbónica. El gobierno de Madrid no opone resistencia. La Restauración viene de la mano de un ejército, que desde el golpe de PAVÍA ha abandonado sus veleidades liberales para vincularse ahora decididamente a las clases conservadoras.

Si este alzamiento fuese considerado por la mayoría de españoles como un acto sedicioso contra la patria común, la causa del príncipe ALFONSO quedaría definitivamente perdida. CÁNOVAS, que teme que esto ocurra, maldice la alocada intervención de Martínez CAMPOS, y, CÁNOVAS, es encerrado por el momento en el Gobierno Civil de Madrid. Pero el pronunciamiento encuentra amplios apoyos militares, por ejemplo, el de los generales Jovellar, Primo de Rivera, Valmaseda, Quesada, Moriones y Laserna. Dimite SAGASTA -Presidente del Consejo-. Lo cierto es que el gobierno de SERRANO cuenta con pocos partidarios. El general se halla ausente de Madrid, dirigiendo el anticarlista Ejército del Norte, y no puede evitar que la llama del pronunciamiento prenda en otros sectores del Ejército y en gran parte de la población civil. Sus propias tropas no le siguen en el norte. SERRANO, después de tantear infructuosamente a los principales mandos del ejército del norte, traspasa la frontera.

El 6 de enero, ALFONSO XII parte de París en tren hacia Marsella y en este puerto toma un barco para dirigirse a Barcelona. En lugar de seguir la vía más breve de la frontera vasca quiere entrar por el puerto de Barcelona.

ALFONSO XII llega -en la fecha- a Barcelona. El corresponsal del “Diario de Barcelona” que va en el mismo barco que desde Marsella transporta al Rey hacia Barcelona, hace servir, para comunicar la hora de llegada, palomas mensajeras. La preferencia demostrada por el nuevo rey llena de orgullo a los catalanes que llenan calles y plazas para dar la bienvenida con gran entusiasmo a ALFONSO XII. El rey hace grandes elogios de Barcelona y dice que el título de nobleza que lleva con más gozo es el de conde de Barcelona.

Se inicia el período histórico español denominado “Restauración” -por la restauración de la monarquía- y que durará hasta la proclamación de la Segunda República, el 14/4/1931.

Se constituye un Ministerio/Regencia y CÁNOVAS pasa sin transición del encierro preventivo a la presidencia del gobierno (1/9/1875-12/9/1875). La primera tarea de CÁNOVAS en el mismo desarrollo del pronunciamiento será afirmar su jefatura política amenazada brevemente por los moderados, que pretenden usufructuar el golpe de su general. A partir de ese momento, CÁNOVAS tiene que ejercer una difícil función de arbitraje entre las dos tendencias para ampliar el máximo de apoyos, según su proyecto conciliador, pero sin romper la unidad del movimiento alfonsino. La constitucionalización y consolidación política del nuevo régimen, de acuerdo con las directrices anunciadas en el Manifiesto de Dandhurst, se convertirá en la primera y difícil tarea de CÁNOVAS. Según éste, deben ser Monarquía y Cortes los pilares de este nuevo sistema. Es igualmente urgente la pacificación militar en el norte de la Península y en Cuba.

Alfonso XII desembarca en la ciudad de Valencia, procedente de Barcelona, donde es recibido con idéntico entusiasmo que en la Ciudad Condal. Posteriormente emprenderá el camino de Madrid para ocupar el trono de España.

ALFONSO XII llega a Madrid procedente de París, Barcelona y Valencia. También en Madrid es recibido con enorme entusiamo. ALFONSO XII pasea montado en un magnífico caballo blanco desde la basílica de Atocha hasta el Palacio Real, entre la admiración y los aplausos de los madrileños que se han echado a la calle. El pueblo en masa, siempre tornadizo, lo celebra con entusiasmo. Nadie parece recordar los improperios lanzados seis años antes contra su madre, Isabel II, cuando a raíz de otro golpe militar y en pleno declive de su reinado, es despojada de su soberanía y obligada a tomar el camino del exilio. Las esperanzas de todo el país están puestas en él.