A mediados del siglo III aC, el pueblo celta de los lusitanos que se asienta en el territorio occidental de la Península, que abarca desde el Duero al Tajo y con preferencia en la zona ocupada por la sierra de la Estrella y las estribaciones de Gata, padece un gravísimo problema económico y social, debido a la falta de tierras y a la concentración de la riqueza ganadera en pocas manos, pues es un pueblo fundamentalmente de pastores. Esta desatrosa situación económica obliga a los lusitanos a dedicarse al bandidaje como medio de subsistencia. El bandidaje se hace en los territorios que limitan con los pueblos lusitanos, como son los turdetanos, asentados en Andalucía.

Roma ha seguido su conquista hacia el Oeste de Hispania y, en la fecha, está ya acercándose al territorio de Lusitania, cuyas razzias, bajo el caudillaje de Púnico, arrecian y se convierten, a partir de ahora, en penetraciones violentas y de saqueo. Son las llamadas “Guerras lusitanas” (154-139 aC). En cada uno de los enfrentamientos mueren miles de legionarios romanos en los campos de batalla. La alarma cunde en Roma. Muere Púnico, jefe de los lusitanos y le sucede Césaro que lleva sus correrías por toda la costa andaluza. Otro jefe lusitano es Cauceno que atraviesa el estrecho de Gibraltar pero es derrotado en Arcila (África) por los romanos. Pero en la Península tal es la situación que los romanos deben enviar a diversos generales y pretores con sus ejércitos para poder pacificar a los lusitanos y a sus aliados, los vecinos orientales, los vetones.

En el territorio de Portugal, la romanización es muy profunda y afecta a todo el país; el latín se impone como única lengua, se difunden los cultos, la cultura y la vida urbana romanos

Hacia el s. IX los reyes de León fundaron el condado de Portugal a forma de marca fronteriza, los condes eran designados directamente por el monarca. Este primitivo condado formaba parte del reino de Galicia tanto bajo dominio directo de León así como de manera independiente en varias ocasiones.

En el NO de la Península, el latín ha adquirido una fisonomía que lo diferencia de la lengua hablada por los leoneses y castellanos y de la hablada por las poblaciones mozárabes meridionales. Así, nace el gallego-portugués, más cultamente llamado el galaico-portugués, cuyo nombre recuerda que, hasta el siglo XIV, el gallego y el portugués son una única lengua de la que, inmediatamente después se diferenciará el portugués. Bajo su forma escrita, esta antigua lengua adquiere tal refinamiento, que se convierte en la lengua poética por excelencia de toda la Península. El propio rey de Castilla, ALFONSO X el Sabio (1252-1284), poeta y gran impulsor de la prosa en castellano, preferirá escribir sus versos en gallego-portugués.

Estalla un enfrentamiento entre los señores de Galicia y Portugal, que puede implicar también una nueva rebeldía gallega frente a León. Cuando SANCHO I el Craso acude a sofocar la lucha, es envenenado, al parecer, por Gonzalo SÁNCHEZ, conde gallego. SANCHO I muere antes de conseguir regresar a León. Gobzalo Sánchez dominará en Galicia hasta el 971

ALFONSO VI recompensa largamente los servicios militares prestados por RAIMUNDO y ENRIQUE de Borgoña. Al primero le concede el gobierno de Galicia y la mano de su hija legítima, URRACA; al segundo, las tierras comprendidas entre el Miño y el Tajo, y la mano de su hija ilegítima, la infanta TERESA. De esta manera, RAIMUNDO pasa a gobernar Galicia con el título de conde y ENRIQUE queda investido hereditariamente con el dominio de la tierra “portugalense” que regirá con el título de conde de Portugal. La legitimidad de URRACA significa que, en ausencia de heredero varón, a ella le corresponde la corona de Castilla.

ALFONSO VI pone Lisboa bajo la soberanía de RAIMUNDO de Borgoña, su yerno, que gobierna ya Galicia y Portugal. El eje Lisboa-Valencia se completa con Cuenca, Ocaña, Consuegra, Uclés y los castillos del Tajo que le había ofrecido Zaida, viuda de Faths al Ma’mum, al refugiarse en Toledo.

ENRIQUE de Borgoña se casa, en la fecha, con TERESA cuya mano la ha recibido en 1086 -hija de Alfonso VI-. ENRIQUE recibe el territorio situado entre el Miño y el Tajo -condado de Portugal- o “tierra portugalense”-, en plena propiedad, con carácter hereditario, aunque queda sometido a la supremacía y vasallaje del rey castellanoleonés. Esta cesión, efectuada por ALFONSO VI a un príncipe de un país feudal por excelencia (Borgoña), motiva que la región dada a ENRIQUE adquiera pronto un carácter autónomo.

Nace Alfonso I de Portugal, llamado el Conquistador, hijo de Enrique I de Portugal y de la condesa Teresa de Portugal.