NAPOLEÓN Bonaparte, contrae matrimonio civil con JOSEFINA Tascher de la Pagerie, viuda del vizconde Beauharnais, su primer marido. JOSEFINA se casa con NAPOLEÓN, después de amar a varios hombres influyentes que la encumbran en la época del Directorio. JOSEFINA es seis años mayor que su marido. Una pareja que en el sentido sexual, es siempre muy avenida aunque las mutuas infidelidades son innumerables. El melodrama de los celos de NAPOLEÓN, y la pantomima celosa de JOSEFINA, se convierten en algo mecánico y habitual.

El Papa PÍO VII se niega a consagrar a NAPOLEÓN y a JOSEFINA si no se realiza la ceremonia religiosa de su matrimonio (realizada sólo por lo civil el 9 de marzo de 1796). Debido a esto, en ceremonia privada realizada en la Capilla Real de las Tullerías el dia anterior a la coronación, es decir el 1 de diciembre de 1804, se efectúa la ceremonia religiosa. De esta manera también, NAPOLEÓN mantendrá un as bajo la manga: puede anular el matrimonio posteriormente si le conviene bajo el argumento de que no ha sido realizado con todas las solemnidades del caso.

Ceremonia de consagración de BONAPARTE como emperador -NAPOLEÓN I-. (En el Museo del Louvre está expuesto el cuadro de Louis DAVID que refleja un momento de esta ceremonia celebrada en Notre-Dame de París.) NAPOLEÓN coloca la corona sobre la cabeza de su esposa JOSEFINA, inclinada ante Su Majestad, en presencia del papa PÍO VII. En este cuadro se puede apreciar como NAPOLEÓN ha creado en torno suyo una verdadera corte, en la que los uniformes y la etiqueta imitan a los de las otras cortes europeas. Después, NAPOLEÓN recibirá la corona de emperador de manos del Pontífice, pero no quiere que se la coloque el Papa. Sólo permite que le unja y le bendiga. En un gesto de independencia, se coloca la corona él mismo sobre su cabeza.

Se plantea la suprema e ignominiosa comedia del divorcio entre estos dos grandes cínicos que son NAPOLEÓN I y JOSEFINA (Joséphine Tascher de la Pagerie). Cuando, después de mucho circunloquio, el emperador declara que desea divorciarse la emperatriz se desvanece. El Gran Chambelan Bauchet explica en sus “Memorias” que al recogerla del suelo y llevarla sin aparente conocimiento en brazos hacia su lecho, oye que JOSEFINA le dice con una voz perfectamente serena y susurrante: “Por favor, me apretáis demasiado”. JOSEFINA después del desvanecimiento, en largas y penosas discusiones, consigue sacarle con las escenas más increíbles, tres millones de francos de renta anuales y la Malmaison, la casa que ha arreglado con tan maravilloso buen gusto.

El gran drama de JOSEFINA es el de su precoz esterilidad (a partir de los 35 años). JOSEFINA dice que NAPOLEÓN no es capaz de engendrar hijos, pero la verdad es que a finales de 1809 NAPOLEÓN ya ha tenido tres hijos con tres mujeres distintas. NAPOLEÓN en bien de la perpetuación de la dinastía decide, en la fecha, el divorcio con JOSEFINA… por consentimiento mutuo. Lo que no han conseguido los constantes adulterios de su mujer, las desordenadas cifras de gastos que le presenta, ni sus propios amorios, lo decide el deseo casi sagrado de tener una descendencia propia y decorosa.

Divorcio de NAPOLEÓN y JOSEFINA. Para conseguir su divorcio de JOSEFINA, NAPOLEÓN ha presionado a los cardenales para que invoquen vicios de forma en el matrimonio con Jesefina.

NAPOLEÓN se casa, en la fecha, en París, con Mª LUISA de Habsburgo-Lorena, hija del vencido emperador FRANCISCO I de Austria y de MARÍA TERESA de las Dos Sicilias. Habiendo invocado vicios de forma de su primer matrimonio con JOSEFINA, se admite el nuevo matrimonio con Mª LUISA de Austria. En realidad NAPOLEÓN quiere un sucesor que JOSEFINA no puede darle. Los franceses, que han guillotinado a una reina austríaca diecisiete años antes, ahora tienen otra.

Mientras envian a NAPOLEÓN a la isla de Elba, París “celebra” la derrota. Las multitudes vitorean por las calles, en los palacios organizan recepciones suntuosas. JOSEFINA -exesposa de Napoleón- da un baile en Malmaison en honor del zar. ALEJANDRO es gran bailarín y danza fogosamente con la anfitriona. Al terminar su baile, la ex emperatriz aún arrebolada, pasea del brazo por el parque. El relente de la noche daña los pulmones de la belleza tropical, que muere en la fecha, Pascua de Pentecostés.

JOSEFINA es enterrada, en la fecha, en la iglesia de Rueil. El fúnebre cortejo desfila por las calles del pueblo a paso de funeral. Los restos de la emperatriz van escoltados por un destacamento de la guardia imperial rusa del cual es coronel el propio zar ALEJANDRO I. La última sorpresa de una vida totalmente inverosimil.