ORDEN DE LOS DOMINICOS (Santo Domingo de Guzmán)

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Domingo de Guzmán empieza a reunir a unos cuantos clérigos con las condiciones adecuadas.


Un canónigo regular español, DOMINGO de Guzmán (1170 – 1221), de la diócesis de Osma, coincide durante un viaje diplomático por el sur de Francia con la misión oficial destinada a la conversión de los albigenses. La pompa de los legados y sus ayudantes constituye un serio impedimento a su labor. Enseguida comprende el canónigo español la causa del escaso fruto de aquella actuación misionera. De ningún modo pueden competir estos misioneros oficiales con la austeridad y el ambiente penitencial que muestran los predicadores de la secta y que, por eso mismo, son admirados por el pueblo. Comprueba, por otra parte, que la mayor parte del clero es incapaz de combatir la herejía, pues carece de cultura y no puede rebatir sus argumentos. DOMINGO, entonces, comprende que los albigenses tienen que ser combatidos en su propio terreno por hombres que lleven una vida moral intachable, de oración y penitencia, y bien formados doctrinalmente. Empieza, pues, a reunir a unos cuantos clérigos de esas características.

El Papado ha llegado a su apogeo. INOCENCIO III pone y quita reyes y emperadores y anima el movimiento cruzado.


El Papado ha llegado a su apogeo. INOCENCIO III, bajo el cual la Santa Sede alcanza la cumbre de su poder, pone y quita reyes y emperadores y anima el movimiento cruzado, no sólo contra los musulmanes de Asia occidental, sino también contra las herejías en Europa. Pero las causas principales que producen herejías también proporcionan el remedio. Al escándalo espiritual y social de la creciente riqueza de la Iglesia se opone un retorno a la pobreza evangélica. Por entonces se fundan dos órdenes de \”frailes\” (hermanos) que sirven como útiles instrumentos de la jerarquía católica al acercar la religión al pueblo, especialmente en las ciudades, entonces en crecimiento. Se trata de los franciscanos y, un poco más tarde, de los dominicos.

Surge la nueva Orden de Predicadores como iniciativa de DOMINGO de Guzmán con 16 compañeros que lo quieren y le obedecen.


Surge la nueva Orden de Predicadores como iniciativa de DOMINGO de Guzmán con 16 compañeros que lo quieren y le obedecen como al mejor de los padres. Ocho son franceses, siete españoles y uno inglés. Los prepara de la mejor manera que le es posible y los envía a predicar. En la fecha, es aprobada oficialmente por el papa HONORIO III. Sus miembros empiezan a ser conocidos popularmente con el nombre de “dominicos” -por DOMINGO de Guzmán- y tienen como fin particular la conversión de los herejes por medio de la predicación. Siguen la regla de S.Agustín y tienen una rápida y amplia difusión. Por su celo apostólico y su sólida preparación teológica y científica, los dominicos son siempre instrumento valiosísimo para la defensa y difusión del catolicismo. Esta orden mendicante es llamada así por haber presidido su origen un afán de absoluta pobreza, aunque este ideal no se podrá cumplir por entero, porque es contradictorio con su afán de una vida dedicada al estudio. Otro de sus rasgos vocacionales es el de, queriendo realizar una obra de intenso apostolado, vivir de lleno en el mundo, a diferencia de la vida recoleta de los antiguos monjes. Se harán famosos en las grandes universidades, especialmente en la de París y en la de Bolonia.

Los monjes franciscanos y dominicos llegan a Inglaterra, mejorando la moral eclesiástica.


Los monasterios, especialmente los cistercienses, encabezan la expansión rural de Inglaterra y se enriquecen en el proceso. A partir de 1220 los monjes franciscanos y dominicos llegan a Inglaterra, mejorando la moral eclesiástica y convirtiéndose en los principales eruditos de las universidades.

Muere en Bolonia Sto DOMINGO de Guzmán. Este santo ha instituido la devoción del Sto Rosario por todo el mundo católico.


Muere en Bolonia Sto DOMINGO de Guzmán. Este santo ha instituido la devoción del Sto Rosario, rápidamente extendida por todo el mundo católico. La Orden de los Dominicos cuenta con sesenta conventos y se divide por toda Europa en ocho provincias. Su obra está ya consolidada, por lo que no se produce perturbación alguna en la poderosa organización por él ideada y establecida, y en todos los países las inteligencias más privilegiadas en todos los terrenos del saber humano, visten el escapulario de los dominicos, conquistándose en todas partes el respeto y la veneración del pueblo. Las dos órdenes mendicantes de la Edad Media son la de los dominicos y la de los franciscanos Tal es su forma de vida que su actuación contribuye en gran medida a restablecer en el pueblo la fe del cristianismo, esparciendo por todo el mundo la esperanza de una próxima regeneración de la Iglesia.

Nace de noble familia napolitana, TOMÁS de Aquino. Tras estudiar en la Universidad de Nápoles (1239), Ingresará en la orden de los dominicos.


Nace de noble familia napolitana, TOMÁS de Aquino. Tras estudiar en la Universidad de Nápoles (1239), Ingresará a los veinte años en la orden de los dominicos. Enviado a París (1245) y a Colonia (1248), estudiará en esta última con ALBERTO MAGNO. En 1256 será profesor con pleno título en la Universidad de París, donde dirigirá las “disputas” y “definiciones” que han llegado hasta nosotros con el título de “De veritate”. En 1265 iniciará su obra maestra, la “Summa Theologica”. Invitado por GREGORIO IX para asisitir al concilio de Lyon (1274), morirá, de camino, en Fossa Nuova. Será canonizado por JUAN XXII (1323) y nombrado Doctor de la Iglesia por PÍO V (1567).

Esta pieza también aparece en ... SANTO TOMÁS DE AQUINO

GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona para que se oponga a la herejía cátara.


El papa GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona diciéndole que la Santa Sede tiene conocimiento de que la herejía cátara ha penetrado en varias diócesis españolas y exhorta a dicho arzobispo y a sus sufragáneos los obispos, a que se opongan al proceso del error buscando y haciendo buscar a los herejes y sus partidarios conforme a las disposiciones de su bula de este mismo año. El arzobispo de Tarragona contacta con el provincial de los dominicos, RODRÍGUEZ de Villares, cuyas funciones se extienden a los cuatro reinos cristianos de la Península -Castilla, Corona de Aragón, Navarra y Portugal-, y le encarga que designe los religiosos de su orden que juzgue más idóneos para el empleo de inquisidor. Dicha bula es también remitida al obispo de LLeida que al punto la manda ejecutar en su diócesis, donde se establece la primera inquisición española.

Durante el pontificado de Gregorio IX, los tribunales inquisitoriales se multiplican en Europa.


A partir de los años 1231-1233, durante el pontificado de GREGORIO IX, los tribunales inquisitoriales se multiplican sin un plan sistemático y organizado, sobre todo en Francia, Italia, Alemania, Países Bajos, Hungría y Bohemia. Sus titulares son preferentemente miembros de las órdenes regulares, con un neto predominio de los dominicos. Resulta indudable que inicialmente los procedimientos previstos son aplicados con un rigor tal vez excesivo, que en algunos casos degenera en verdaderos abusos. Con el tiempo la normativa será atemperada por una serie de correctivos.

Los dominicos toman a su cargo el aspecto doctrinal y legal de la Inquisición.


Los obispos de estos tiempos, son en su mayoría personas ignorantes por lo que su labor para hacer desistir a los herejes progresa lentamente y en cambio las herejías se extienden con rapidez. En vista de la poca eficacia de los obispos -en carta muy importante del papa GREGORIO IX, fechada en abril de 1233, se describe a los obispos como agobiados por un “torbellino de vigilancias” y por “inquietudes abrumadoras”- los dominicos toman a su cargo el aspecto doctrinal y legal de la Inquisición. Se trata de unificar la legislación contra los herejes y de confiar comisarios pontificios el cuidado de juzgarlos. Según se va haciéndo más aparente la necesidad de tribunales especiales y permanentes, todas las razones aconsejan que estén por encima de las envidias y enemistades locales que pueden inducir a perjudicar al inocente, y de los favoritismos, también locales, que pueden conspirar a la impunidad del culpable.