El Consejo General Vasco pasa a ser, este año, presidido por CARLOS GARAICOECHEA

Carlos Garaikoetxea sucede a Ramón Rubial como presidente del Consejo General Vasco.

En el País Vasco, en la fecha, el Estatuto de Autonomía es aprobado en referéndum. Este Estatuto, refleja los grandes bloques que van a dividir en la década de la institucionalización vasca a este sector. Por un lado, el PNV, EE y ETA (político-militar, pm), partidarios de la carta autonómica actual; por otro, HB y ETA (m) contrarios al Estatuto y a la institucionalización derivada de él. Mientras el nacionalismo histórico, mediante el régimen autonómico, se hace con la hegemonía institucional y política en la Comunidad Autónoma Vasca, un “frente del rechazo” se articula en torno a HB y ETA (m). El terrorismo de la banda militar extremista ETA comete más de 70 asesinatos sólo en este año.

El Partido Carlista entra en crisis y CARLOS HUGO, dimite como presidente del mismo en 11/1979 para acabar abandonándolo en 3/1980.

El 18/12/1979, el Parlamento español sanciona el Estatuto de autonomía del País Vasco.

Elecciones autonómicas en Euskadi, victoria del PNV. Reparto entre varios partidos; presencia de Herri Batasuna. Carlos Garaikoetxea será investido lehendakari.

Se constituye el Parlamento Vasco en Guernica.

CARLOS GARAICOECHEA es elegido lendakari. Se producen los primeros intentos políticos de constituir un “frente por la paz”, que fracasan estrepitosamente. El PNV justifica la violencia etarra ‘como “reflejo defensivo” de la ejercida por el Gobierno español’. Su ambigüedad es compartida por parte de la Iglesia vasca, reflejándose en la frontal crítica a la colaboración antiterrorista francesa. Los asesinatos de miembros de la UCD, policías, técnicos de la central energética de Lemóniz o ciudadanos “confidentes” provocan mucho amedrentamiento y poca reacción popular.

El aspecto religioso es importante: durante varias generaciones los sectores más radicalmente vascos se han empleado a fondo en favor del carlismo porque defiende, junto a sus Fueros, los valores éticos y jurídicos propios del antiguo Régimen. Pero tampoco puede considerarse a la religión como factor decisivo: con más energía si cabe funciona en Navarra y tiene en ella un sentido contrario. Sabino ARANA Goiri, el fundador del nacionalismo, había aprendido vasco a edad avanzada, pero inyecta a su movimiento una corriente de profunda piedad católica, heredada de su padre. En el fondo del nacionalismo late un subconsciente repudio de la derrota en las guerras carlistas: la parte mejor había sido injustamente vencida por el centralismo pervertidor; es preferible separarse de él.

Cuando, en 1981, se toma la decisión de traducir el Fuero de Vizcaya que sigue escrito en castellano, se hace preciso crear setecientos neologismos que la lengua vascongada no posee. Esto es lo que diferencia el nacionalismo vasco del catalán. No ha tenido un precedente del tipo de la renaixença porque no existe una literatura euskérica que pueda ser rescatada.