VIGILIO, papa, permanece un año más en Constantinopla y obtiene de JUSTINIANO I una Pragmática Sanción que concede algunos privilegios a la Iglesia y asegura el dominio imperial en Italia. En apariencia, el titubeante y ambicioso Papa ha conseguido lo que deseaba. La realidad, sin embargo, se revelará muy diferente. VIGILIO fallece en Siracusa en el camino de regreso. Sus restos llevados a Roma, reciben sepultura, pero no en S. Pedro, sino en S. Marcelo a causa de la impopularidad como hereje. Durante los siglos siguientes, la poco edificante historia de VIGILIO será utilizada repetidas veces por los adversarios del poder papal. A finales de la Edad Media será esgrimida para sostener la superioridad del concilio sobre el Papa -que históricamente ha sido herético en alguna ocasión- y también será empleada por la Reforma protestante como argumento a favor de una autoridad espiritual basada en las Escrituras y no en una jerarquía basada por hombres. Aducida durante el Concilio Vaticano I en contra de la infalibilidad papal, la formulación de ésta como dogma contribuirá a sumergir el episodio de VIGILIO en el olvido.

PELAGIO I -papa- (16.4.556 – 3.3.561). A la muerte de Vigilio, el anterior papa, Pelagio marcha a Roma como el candidato imperial al papado. Elegido, sin embargo, se encuentra con una clara oposición, y su consagración tiene que demorarse hasta la fecha. Vuelve a la obediencia a Roma a las iglesias de África y a la provincia eclesiástica de Milán -no así la de Aquileya, donde el cisma se prolongará durante un siglo- segregadas por oposición a la actitud del papa Vigilio al aceptar las conclusiones del concilio convocado por JUSTINIANO I. Luchará contra la simonía y consagrará sus mayores esfuerzos -utilizando el poder concedido por JUSTINIANO- a paliar la angustiosa situación del pueblo italiano, devastado por la guerra contra los godos.

El Imperio de Oriente alcanza una extensión máxima, defendiendo sus fronteras o alcanzando pactos con los pueblos que presionan. En el plano interno, JUSTINIANO I aprovecha la prosperidad económica y comercial que le proporcionan las nuevas conquistas, al tiempo que emprende una importante labor legislativa y de recopilación jurídica que contrasta con su política religiosa. Constantinopla se convertirá en el mayor mercado del mundo y en la plaza intermediaria entre el tráfico occidental y oriental. La recopilación y reorganización de las leyes romanas será una de las empresas más destacables, confiada a un colegio de diez juristas que dirigía Triboniano. El “Corpus Iuris Civilis” será la gran obra conseguida por este equipo de expertos. Las reformas son tan trascendentales que los historiadores ven en ellas el inicio de otro Imperio, el bizantino.

El Imperio de Oriente se desarrollará desde la época de JUSTINIANO I (siglo VI dC) hasta su caída en 1453. Se pueden generalizar, por otra parte, algunas de las características del arte bizantino, aunque, lógicamente, un marco temporal tan amplio incluye variaciones y evoluciones en lo estilístico. Lo mismo sucede con el marco espacial. Como en el Occidente, se valorará más el interior de los edificios que el exterior; por esta razón los decorarán profusamente con mosaicos. Muestra peculiar del arte bizantino son los iconos, imágenes pintadas transportables (representan a Cristo, la Virgen, los santos, etc) Su soporte suele ser de madera. La iluminación de libros y otros artes suntuarios, alcanzarán un alto nivel en Bizancio.

BELISARIO participa en una conspiración contra JUSTINIANO I por lo que, en la fecha, es encarcelado siendo puesto en libertad al año siguiente.

La reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Santa Sofía tarda cuatro años. En este día, JUSTINIANO exclama: “¡Salomón te he vencido!”. Esta reconstrucción, que dio a la iglesia su actual forma característica del siglo VI, se completó en el año 562. El poeta bizantino Pablo Silenciario compuso un poema épico, conocido como Ekphrasis, para la dedicación de la basílica presidida por el Patriarca Eutiquio el 23 de diciembre de 562.Por otra parte mandará construir las iglesias de los Santos Apóstoles, Santa Irene, San Sergio y San Baco en Constantinopla, destinando la primera a panteón imperial. Son también obra suya las iglesias de San Apolinar y San Vital de Rávena.

Muere el emperador del Imperio romano de Oriente JUSTINIANO I. Con él muere el intento de reconstruir el Imperio Romano antiguo. El esfuerzo realizado deja agotadas las arcas reales, y la crisis económica, unida a una larga serie de calamidades (pestes, terremotos…), harán que sus sucesores Justino II, Tiberio y Mauricio sean incapaces de conseguir el anterior esplendor, mientras los visigodos en España, los lombardos en Italia y los persas en Oriente recuperarán los territorios que Justiniano ha conquistado. Sin embargo, sus títulos de gloria hay que buscarlos más bien en la construcción de Santa Sofia de Constantinopla y en la publicación del Código de derecho romano, recopilación de todas las leyes del Imperio. El Código será el fundamento del derecho de la sociedad civil y religiosa europea.