NARBONA

Total de piezas: 21

Los ostrogodos de TEODORICO el Grande prestan ayuda a sus hermanos de sangre: los visigodos.


La Galia Narbonense (o Septimania) resiste al empuje de los francos gracias a la ayuda que los ostrogodos de TEODORICO el Grande prestan a sus hermanos de sangre -visigodos- y en defensa de los intereses del nieto de TEODORICO -hijo de Alarico- Amalarico. En efecto, muerto Alarico (507), TEODORICO regenta el reino visigodo (La Septimania y la Tarraconense y Cartaginense en Hispania) y persigue a GESALEICO, que ha usurpado el trono. La Septimania que comprende las siete diócesis dependientes del Arzobispado de Narbona: Carcasona, Lodève, Béziers, Nimes, Elna, Magalone y Agde- se integrará al resto de la península Ibérica.

AMALARICO, rey de los visigodos, obliga a su esposa Clotilde a convertirse al arrianismo.


AMALARICO, rey de los visigodos, obliga a su esposa Clotilde a convertirse al arrianismo. Ante este hecho, interviene CHILDEBERTO I, hermano de Clotilde, derrotando a AMALARICO en Narbona. AMALARICO tiene que huir a Barcelona. El rey franco CHILDEBERTO I, saquea toda Septimania y Narbona, partiendo hacia el Norte con su hermana, la reina Clotilde, que muere en el camino.

Se produce una insurrección en la Septimania promovida por ILDERIC, comes de Nimes.


Cuando WAMBA, rey visigodo, está preparando una campaña contra los vascones, se produce una insurrección en la Septimania promovida por ILDERIC, comes de Nimes. El dux PAULUS, encargado por WAMBA, para reprimir la revuelta, se une a ella e intenta apoderarse del trono con el soporte de la Narbonense y la Tarraconense. El ejército de WAMBA ocupa Barcino y Gerunda y marcha a la Septimania, donde derrota a los insurgentes, entre los cuales había RONOSINDUS, dux de la Tarraconense.

Esta pieza también aparece en ... TARRAGONA (CIUDAD)  • VASCONIA / VASCONES • WAMBA (Rey visigodo)(672-680)

VIFREDO el Velloso, conde de Urgell, Cerdanya, nombrado por LUIS II el Tartamudo, conde de Barcelona


VIFREDO el Velloso, conde de Urgell-Cerdanya, es nombrado por LUIS II el Tartamudo, conde de Barcelona (878-897), Girona (y Besalú) y Osona. El condado de Rosselló pasa a su hermano Miró de Conflent y el de Narbona pasa al conde de Tolosa Bernat Plantapelosa. VIFREDO confía a su hermano Miró el condado de Urgell.

Erección de Osona como sede metropolitana en tanto Tarragona permanece desmantelada.


Aunque en los primeros tiempos de la reconquista la supeditación de los obispos catalanes a la archidiócesis de Narbona es total, desde VIFREDO el Velloso no han faltado los intentos de independizar estos obispados, cuando todavía queda en poder de los musulmanes Tarragona la antigua metrópoli. Corresponde a BORRELL II el acierto de unirse con ATÓ obispo de Osona y hombre de un gran prestigio que da esplendor a la sede de Vic. Ambos, junto con el monje GERBERTO (futuro Silvestre II) marchan a Roma para tratar de este tema con el Papa JUAN XIII.

Pocos meses depués de la expedición a Córdoba es celebrado en la Seu de Urgell un magno sínodo provincial.


Pocos meses depués de la expedición a Córdoba es celebrado en la Seu de Urgell un magno sínodo provincial presidido por el arzobispo de Narbona, con asistencia del conde RAMÓN BORRELL I y la condesa ERMESSENDA, así como otros condes y obispos de la Marca. Sin duda la expedición a Córdoba ha acrecido notoriamente el prestigio del conde RAMÓN BORRELL I siendo considerado este sínodo como el magno colofón espiritual de la empresa de Córdoba.

RAMON BERENGUER I el Vell logra ensanchar los dominios hacia el Segre, Ribagorza y campo de Tarragona.


RAMON BERENGUER I el Vell con la eficaz colaboración de otros condes de la Marca, así como la de los condes de Carcasona, Tolosa, Foix, Narbona y Comenges, logra ensanchar los dominios hacia el Segre, Ribagorza y campo de Tarragona. Esto produce algunos motivos de fricción con los condes de Cerdanya y una relativa inestabilidad social en los condados que dependen del conde de Barcelona debido a enfrentamientos entre algunos de sus nobles y, por otra parte, a determinados actos realizados por éstos sin tener en cuenta la política trazada por dicho conde.

Se celebra en Barcelona, bajo la presidencia de Guifred de Narbona, la consagración de su catedral.


Se celebra en Barcelona, bajo la presidencia de Guifred de Narbona, la consagración de su catedral. Con tal motivo tiene lugar una magna reunión de obispos y magnates durante la cual se realiza una amplia labor legislativa. En este acto se habla del glorioso conde RAMON BERENGUER, factor, propugnador y muro de los cristianos, que ha conseguido más victorias que todos su antecesores y ampliado los territorios cristianos y hecho a los paganos tributarios… reconstructor de la Seo de Barcelona destruida por los bárbaros.

URBANO II reconoce la independencia de los obispos de la Marca y la erección de la sede de Tarragona.


Diversos obispos, abades y condes se dirigen a menudo a Roma y ofrecen presentes al papa buscando una especie de protección moral para los condados de la Marca Hispánica. En la fecha, el Papa URBANO II reconoce la independencia de estos obispos respecto al arzobispado de Narbona y la erección de la sede metropolitana de Tarragona. Este reconocimiento es teórico de momento, hasta que Tarragona sea reconstruida y puesta en condiciones de albergar la sede restablecida. Esto es tanto como reconocer y, por tanto afirmar, la independencia política de los condados de la Marca. Toledo, sin embargo, debe ser mantenida como primada de la península.

BERENGUER es nombrado primer obispo de la sede de Tarragona después de ser ésta restaurada.


En la fecha, es restaurada por una bula de URBANO II, la sede de Tarragona y nombrado primer obispo de la misma BERENGUER, hasta entonces obispo de Vic. Con ello, los condados de Catalunya quedan desligados religiosamente de Narbona y se integran dentro del mundo peninsular. Hasta entonces, se entendía por Hispania y por “regna Hispaniarum”, nada más los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra, mientras que Catalunya era comprendída en las Galias y considerada formando una unidad política y eclesiástica junto con los condados meridionales franceses. Pero en Roma tenían clara la idea de la integración de todas las fuerzas de los reinos cristianos de la península ibérica para una lucha unida y decisiva contra los moros. El gran concepto de una ofensiva contra los musulmanes de Palestina con las Cruzadas iba unido con la de una ofensiva paralela contra los árabes de Hispania.