SIBILA de Fortià (Esposa de Pedro el Ceremonioso, rey de Aragón)

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Las tensiones entre JUAN I de Aragón y su padre PEDRO el ceremonioso, llegan al borde de la rotura.


Las tensiones entre JUAN I de Catalunya y Aragón y su padre PEDRO el ceremonioso, llegan al borde de la rotura con motivo de la coronación, en la fecha, de SIBILA de Fortià, la última esposa de PEDRO ya que ni su hijo JUAN ni su otro hijo MARTÍN aceptan como reina. Este hecho desencadena una serie de luchas internas muy fuertes con la formación de dos bandos cortesanos: uno de carácter aristocratizante alrededor de JUAN I y de su mujer Violante de Bar y otro, de carácter más popular, encabezado por la reina SIBILA.

Fallece en su palacio de Barcelona PEDRO el Ceremonioso.


Fallece en su palacio de Barcelona PEDRO el Ceremonioso en medio de una gran soledad. JUAN, el infante primogénito, está en Hostalric, y el segundo hijo, el infante MARTÍ, persigue a SIBILA de Fortià, la madrastra, que ha endulzado los últimos años del conde-rey y obtenido favores excesivos para sus parientes.

A Pedro el Ceremonioso, le sucede su hijo JUAN I el Cazador o “el Animador de la gentileza”.


A Pedro el Ceremonioso, le sucede su hijo JUAN I el Cazador o “el Animador de la gentileza” (hijo de Pedro el Ceremonioso y de Leonor de Sicilia) como Rey de la Corona de Aragón (1387-1396). Es un rey pacífico y le gustan las fiestas, la música, la poesía, la astrología y la cinegética, lo que da lugar al sobrenombre que ostenta. Después de desmantelar el bando cortesano de la reina SIBILA sigue una política exterior propia, rompiendo con la línea defendida por su padre. Pacta de inmediato con CARLOS VI de Francia, JUAN I de Castilla, CARLOS II de Navarra.

JUAN I hace detener a su madrastra, SIBILA de Fortià, y a otros miembros de su familia.


JUAN I el Cazador establece acuerdos con Francia y Castilla y mantiene el apoyo que concede la alta nobleza, a los barones, en su enfrentamiento con el “brazo real”. Como consecuencia de esta postura, hace detener a su madrastra, SIBILA de Fortià, y a otros miembros de su familia, por defender la política del tercer brazo.

JUAN I suspende las sesiones y no volverá a reunir las Cortes.


Cuando las Cortes reunidas en Monzón se oponen a las pretensiones del JUAN I el Cazador de reformar las Corte real y propugnan una política de austeridad, JUAN I suspende las sesiones y no volverá a reunir las Cortes. En su gobierno autocrático se enajena la voluntad de quienes le reprochan sus excesos lúdicos y caballerescos en detrimento de la actividad gubernativa y se gana la de quienes admiran su apoyo a la ciencia, la lengua y la cultura.