Nace FEDERICO, hijo del rey de Prusia Federico Guillermo I y Sofía Dorotea de Hannover. Futuro FEDERICO II el Grande. Para ser hijo de un rey, FEDERICO tiene una infancia y una juventud anormalmente duras. El Rey Sargento quiere educarlo a su imagen y semejanza: «¡Fritz ha de ser como yo!». Y su padre viste al pequeño Fritz de uniforme ya desde los cinco años y se lo lleva a montar a caballo, cazar y participar en desfiles y maniobras. Sin embargo, los asuntos militares repugnan al príncipe heredero tanto como las «virtudes prusianas». En cambio, al dotado y sensible FEDERICO le gustan la vida cortesana y las artes, lee con preferencia literatura francesa, se dedica a la filosofía, escribe poemas y toca la flauta a escondidas. Para su padre, todo esto son estupideces de las que intenta liberar a su hijo a golpes y bastonazos. Cuando FEDERICO tiene 18 años quiere escapar de la fusta de su padre y abandonar el país junto con un amigo; los descubren en la frontera. El rey hace que ambos comparezcan ante un tribunal de guerra y son condenados a muerte. El príncipe heredero es indultado poco antes de la ejecución, pero ha de ver cómo decapitan a su amigo. Luego, lo encierran por un tiempo en un calabozo.

El joven FEDERICO (futuro FEDERICO II el Grande), pronto se plega a la voluntad de su padre y pasa por una etapa de aprendizaje en asuntos administrativos, económicos y militares. Finalmente, en la fecha, llega, incluso, a casarse con Isabel Cristina, hija de Fernando Alberto II de Brunswick, princesa elegida por su progenitor y a la que no ama. Con ella vivirá en el palacio de Rheinsberg, en Brandeburgo, donde podrá por fin dedicarse en paz a la música y la literatura y al estudio de la filosofia. Allí iniciará un intercambio epistolar con Voltaire y escribirá un libro. En él esboza la imagen de un soberano consciente de su deber y amante de la paz, guiado en sus acciones por las ideas de la Ilustración. El bienestar del pueblo debe tener precedencia sobre todo lo demás. En cuanto al soberano, Federico lo considera el «primer servidor del Estado».

FEDERICO II el Grande sucede a su padre Federico Guillermo I. FEDERICO II el Grande conocido como el “rey filósofo”, la figura más descollante de la dinastía de los HOHENZOLLERN, amigo de Voltaire y mecenas de las artes y las ciencias, encarna la ambivalencia prusiana: civilización y barbarie. Aspira a ser un “déspota benévolo”, o sea, un monarca absoluto, pero que usará su poder para hacer el bien a su pueblo. Elimina la tortura, la censura y la discriminación religiosa (él, personalmente, no practica religión alguna) y hace cuanto puede para fomentar la ciencia y la cultura. Pero lo que más desea es demostrar, recordando a su difunto padre, que es también un guerrero. Y en esto tendrá suerte, pues resultará ser un general de insólito talento. Por otra parte, bajo FEDERICO II el Grande, Berlín se convertirá en un centro cultural intelectual, en una “Atenas del Spree” (Spree es el río que pasa por Berlín). Federico II el Grande, resumiendo, hará realidad el sueño de su padre de convertir Prusia en una gran potencia.

Los electores de Baviera y Sajonia rechazan la Pragmática Sanción de 1713 argumentando que tienen derechos prioritarios a través de sus esposas. FEDERICO II de Prusia ofrece su apoyo a María TERESA a cambio de la rica provincia de Silesia. Convencido de la justicia de su causa, ella rechaza tal propuesta.

FEDERICO II de Prusia aprovecha la inseguridad derivada de la presente situación, invade y ocupa Silesia (Polonia) perteneciente a Austria, sin previa declaración de guerra. Silesia, es una provincia protestante que se extiende al Nordeste de Bohemia, inmediatamente al sur de Prusia. FEDERICO II efectúa una vaga reclamación legal al respecto, pero no se preocupa realmente de si tiene o no algún derecho. Sencillamente planea anexionársela. Así empieza la Guerra de Sucesión Austriaca o Guerra de la Pragmática (1740-1748). Los bávaros, sajones y franceses invaden Austria y Bohemia, mientras Gran Bretaña, los Países Bajos y Rusia acuden en ayuda de Austria.

El poderío de los Hohenzollern se inicia con el magrave de Brandeburgo, Juan Segismundo (1608-1619), que adquirió Prusia oriental en el este y los territorios de Cleves, Mark y Minden en el oeste. En la segunda mitad del siglo XVII Federico Guillermo I organizó eficazmente la administración civil y militar de estos diversos territorios, que en 1701 se convirtieron en el reino de Prusia. En 1742, se firma el Tratado de Berlín entre Prusia y Austria por el que FEDERICO II de Prusia aumenta la población y la riqueza del reino al arrebatar Silesia a Austria.

Alarmados por las victorias militares de FEDERICO que ha invadido Silesia, MARÍA TERESA firma, en la fecha, la Paz de Breslau (capital de Silesia) entre Austria y Prusia, cediéndo Silesia. MARÍA TERESA I de Austria se alía con Saboya, Sajonia y Gran Bretaña, para expulsar a franceses y bávaros.

En la Unión de Frankfurt (Alemania), CARLOS VII, FEDERICO II el Grande, el Palatinado y Hesse-Kassel se asocian para el mantenimiento de la constitución del Imperio

En conjunto, Austria está mejorando tanto que FEDERICO II de Prusia empieza a sentir cierta inquietud por su posesión silesiana. En consecuencia, en la fecha, se alía con Francia.

FEDERICO II el Grande de Prusia, a lo largo de este año, obtiene una serie ininterrumpida de victorias sobre Austria, incluso cuando los austriacos le han superado en número, o cuando lo han tomado desprevenido o se ha encontrado en desventaja. Empieza a conocérsele como FEDERICO el Grande por estos logros. MARÍA TERESA se ve obligada, en la fecha, a firmar con él un segundo tratado de paz en Dresde (Sajonia). Austria renuncia definitivamente a Silesia, en favor de Prusia. Por su parte, FEDERICO II reconoce al esposo de MARÍA TERESA, FRANCISCO I, como emperador. FEDERICO II de Prusia hace construir en Potsdam, el castillo de Sanssouci. Aquí el rey quiere dedicarse “sin apuros” (en francés Sans souci) a sus inclinaciones filosóficas y artísticas.