CARLOS II de Anjou el Cojo (Rey de Nápoles) (1285-1309)

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BEATRIZ de Provenza, nieta de ALFONSO II de Provenza se casa con CARLOS de Anjou, hermano de LUIS IX de Francia.


BEATRIZ de Provenza, nieta de ALFONSO II de Provenza se casa con CARLOS de Anjou, hermano de LUIS IX de Francia, lo que hace que el condado de Provenza, que había ido perdiendo la influencia catalana a lo largo del siglo XIII, se pierda para Catalunya pasando al control de la casa de Anjou de Francia.

El Papa URBANO IV ofrece al rey LUIS IX de Francia y después a su hermano CARLOS de Anjou, el trono de Sicilia.


En la política terrenal del papa URBANO IV, figura como objetivo prioritario impedir la expansión gibelina en Italia por lo que conspira para expulsar de Sicilia a los partidarios del emperador alemán a cuya cabeza se encuentra su hijo MANFREDO.  Por ello, el Papa ofrece sucesivamente el trono de Sicilia  a Ricardo de Cornwall, hermano de Enrique III de Inglaterra, a su hijo Edmundo el Jorobado y al rey LUIS IX de Francia para que lo ocupe uno de sus hijos. Ante el rechazo de LUIS IX, realiza el ofrecimiento al hermano de LUIS, CARLOS de Anjou. Sin embargo las negociaciones fracasan debido sobre todo a la intervención del rey PEDRO III de Aragón que además de ser yerno de MANFREDO, es contrario a un aumento de poder de la corona francesa en tierras italianas.

LUIS IX de Francia se dispone para una nueva Cruzada -la Octava-. Colaboran sus hermanos.


LUIS IX de Francia que ha recogido el testigo lanzado por el papa CLEMENTE IV se dispone para una nueva Cruzada -la Octava- (1270). También cuenta con la estrecha colaboración de sus hermanos Carlos de Anjou -ahora rey de Sicilia- y Roberto de Artois así como el rey Teobaldo II de Navarra y buena parte de la nobleza y el clero francés. Las naves cruzadas, en la fecha, se dirigen hacia Túnez desde Aigues Mortes. El reino de Túnez comercia con Sicilia e Italia del Sur, gobernadas por su hermano CARLOS de Anjou. Túnez sólo es una etapa en el camino hacia Tierra Santa, destinada a asegurar el control del Magreb oriental para permitir la libre circulación de los navíos cristianos en el Mediterráneo.

El Papa NICOLÁS IV, corona como rey de Nápoles y de Sicilia a CARLOS II de Anjou. No reconoce a JAIME II el Justo como rey siciliano.


El papa NICOLAS IV mantiene el apoyo a CARLOS de Anjou que le brindaran su antecesores. En vano intenta convencer a la Casa de Aragón para que devuelva Sicilia al de Anjou, pero por mediación de EDUARDO I de Inglaterra, señor de Aquitania, que ha prometido a su hija en matrimonio con ALFONSO el Liberal, consigue que éste firme, en la fecha, con Francia y el Pontificado el Tratado de Canfranc para regular el problema siciliano y acordar la puesta en libertad de CARLOS II el Cojo de Nápoles a cambio de la entrega de otros rehenes y la promesa de trabajar por la paz.  Pero parece que nadie cumple con su compromiso y ALFONSO, por su parte, da preferencia a la solución militar, que incluye no sólo la defensa de Sicilia, sino también la lucha contra Francia, cuyas tropas amenazan los dominios catalano-aragoneses desde los Pirineos y desde Navarra. Así, pues, NICOLÁS IV, corona como rey de Nápoles (y también de Sicilia) a CARLOS II de Anjou (proclamado sucesor de su padre Carlos I, en 1285) a cambio de que reconozca su vasallaje al pontífice; negándose por lo tanto a reconocer a JAIME II el Justo como rey siciliano, título que este ostenta desde que en 1285 sucedió a su padre, Pedro III de Aragón.

Las tropas güelfas de Nápoles, con el apoyo de Carlos II de Nápoles, obtienen en Campaldino, la victoria frente a las gibelinas.


Las tropas güelfas de Nápoles, con el apoyo de Carlos II de Nápoles, obtienen en Campaldino, cerca de Arezzo, la victoria frente a las gibelinas. Allí combatió Dante Alighieri.

CELESTINO V intenta instaurar un reino de idílica paz, pero choca con la prepotencia de los napolitanos.


Ignorante por completo de las cosas del mundo, CELESTINO V intenta instaurar un reino de idílica paz y felicidad en el mundo, pero CARLOS II de Anjou, rey de Nápoles, se encarga de que el pontífice firme todo cuanto él pone ante sus ojos. La prepotencia de los napolitanos choca constantemente con el deseo del Colegio Cardenalicio, que reclama para la Iglesia una total independencia.

JAIME II el Justo vence a su hermano FEDERICO II de Sicilia en la batalla naval de Orlando.


Nueva expedición de JAIME II el Justo contra su hermano FEDERICO II de Sicilia, al que le cuesta reducir (quizá tampoco lo pretende). Por fín -en la fecha- lo derrota en la batalla naval de Orlando. JAIME II quejoso de no recibir la ayuda económica prometida por BONIFACIO VIII y CARLOS II de Anjou, se retira a Catalunya pretextando haber cumplido sobradamente sus compromisos.

El verdadero interés de la clase dirigente catalana en Sicilia es el interés comercial compartido.


Hay que tener presente que la renuncia a ejercer un dominio político directo sobre Sicilia no ha de ser interpretado como un fracaso. En primer lugar los catalanes no conquistan nunca Sicilia, sino que combaten al lado de los sicilianos contra los angevinos; por tanto, más que de conquista, quizá habríamos de hablar de alianza catalanosiciliana. En segundo lugar, hemos de pensar que los catalanes no se pueden permitir una guerra constante contra Francia y que los sicilianos prefieren un monarca privativo para la isla. Y, en tercer lugar, no hemos de olvidar que el verdadero interés de la clase dirigente catalana no consiste en el dominio directo de Sicilia, sino en los intereses comerciales compartidos (manufacturas catalanas a cambio de trigo siciliano).