JUAN I el Cazador (Rey de la Corona de Aragón)(1387-1395)

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JUAN I hace detener a su madrastra, SIBILA de Fortià, y a otros miembros de su familia.


JUAN I el Cazador establece acuerdos con Francia y Castilla y mantiene el apoyo que concede la alta nobleza, a los barones, en su enfrentamiento con el “brazo real”. Como consecuencia de esta postura, hace detener a su madrastra, SIBILA de Fortià, y a otros miembros de su familia, por defender la política del tercer brazo.

JUAN I suspende las sesiones y no volverá a reunir las Cortes.


Cuando las Cortes reunidas en Monzón se oponen a las pretensiones del JUAN I el Cazador de reformar las Corte real y propugnan una política de austeridad, JUAN I suspende las sesiones y no volverá a reunir las Cortes. En su gobierno autocrático se enajena la voluntad de quienes le reprochan sus excesos lúdicos y caballerescos en detrimento de la actividad gubernativa y se gana la de quienes admiran su apoyo a la ciencia, la lengua y la cultura.

La Corona de Aragón pierde los ducados de Atenas y Neopatria que formaban parte de la Corona de Aragón.


En 1388, un año después de la muerte de Pedro el Ceremonioso, la despreocupación por la política mediterránea lleva consigo la pérdida de los ducados de Atenas y Neopatria que durante setenta años (1318 a 1388) han formado parte nominal de la Corona de Aragón. La Gran Compañía había entrado en Atenas como vencedora en 1311, pero es obligada, vencida a su vez, a abandonar la ciudad, tres cuartos de siglo después (1388) por los Acciaiuoli, familia florentina que posee ya el Atica y parte del Peloponeso: la Acrópolis de Atenas cae en sus manos en 1388 y el castillo de Neopatria lo hará en 1390. A la ciudad actual no le dejan nada digno de mención, salvo una reputación más bien siniestra, sin haber imprimido la menor huella en la cultura y en el lenguaje. Por la pérdida de estas posesiones, JUAN I y su última esposa serán muy impopulares.

Es rechazada una invasión del norte del Principado de Catalunya por fuerzas del conde d’Armanyac


Es rechazada una invasión del norte del Principado de Catalunya por fuerzas del conde d’Armanyac (1389-1390). Posteriormente, la política de JUAN I el Cazador favorece la nobleza y las oligarquías ciudadanas y también la vida cortesana y literaria.

En el siglo XIV el comercio catalán llega no sólo al Mediterráneo central sino mucho más allá


En el siglo XIV el comercio catalán llega no sólo al Mediterráneo central sino también hasta Constantinopla, Rodas y Egipto. Sólo en los puertos de Mallorca, la marina mercante catalana cuenta con más de 3.600 naves de alto bordo. Compiten con la marina italiana en el transporte internacional y surcan rutas que se extienden desde el Senegal hasta el mar de Azov. Se hace general el establecimiento de consulados en los puertos extranjeros, que actúan a modo de embajadas comerciales para favorecer el tráfico. El comercio catalán se extiende hasta el norte de Europa (Flandes y el mar Báltico) antes de que lleguen los italianos.

A JUAN I el Cazador, después de tener numerosos hijos de sus matrimonios, no le vive ninguno de masculino.


Después de tener numerosos hijos de sus matrimonios con Matea de Armanyac y Violante de Bar, a JUAN I el Cazador, rey de Aragón, no le vive ninguno de masculino por lo que casa a su hija JUANA con MATEO de Foix, al que se ve como posible sucesor. Ello lleva a que, cuando estalla una nueva revuelta en Cerdenya, apenas se acuda a sofocarla ya que el auge de la política mediterránea sólo puede redundar en beneficio de MARTÍN, gobernador de Sicilia, hermano del rey y su sucesor legítimo a falta de herederos varones.

La actitud del rey JUAN I el Cazador contribuye a aumentar la crisis económica catalana.


La actitud del rey JUAN I el Cazador contribuye a aumentar la crisis económica catalana y de la banca privada, aún no ?solucionada. Sus constantes viajes inútiles, su esplendor cortesano, con lo que consume las subvenciones destinadas a combatir en Cerdenya, le llevan a pedir créditos a lo banqueros florentinos, lo que, a su vez, representa una nueva merma de la actividad mercantil catalana. La hegemonía del viejo Principado cede en beneficio de la fuerza política de Aragón y del mayor auge comercial valenciano. A toda esta situación de crisis se une, como ha ocurrido también en Castilla, la persecución de los judíos que, junto a las numerosas conversiones, llevan a la desaparición del judaísmo como estamento importante dentro de los reinos.

La monarquía se centra en tratar de liberar a los remensas de los malos usos.


A finales del siglo XIV y principios del siglo XV, el esfuerzo de la monarquía se centra en tratar de liberar a los remensas de los malos usos. En primer lugar, JUAN I piensa en pedir un donativo a los remensas por redimirlos de los malos usos.

A la elección de BENEDICTO XIII no son ajenos los intereses políticos de la Corona de Aragón.


A la elección de BENEDICTO XIII no son ajenos los intereses políticos de la Corona de Aragón, que desea colocar a un hombre de confianza en la curia papal de Aviñón. Aunque JUAN I es partidario del papa de Aviñón, está dispuesto a aceptar la solución que propugna que los dos papas rivales renuncien y que reunidos todos los cardenales, nombren a otro, un tercero, fórmula propuesta por la Universidad de Paris y CARLOS VI de Francia.